escenario de vida
Cambiemos la tónica para no tener que apagar incendios
“Guatemala se nos quema” brinda una diferente alternativa que debe ser discutida, socializada y consensuada, y no ignorada, como hasta ahora.
Año tras año sufrimos por los incendios forestales, hacemos lo imposible para apagarlos, pero el tiempo pasa y seguimos en lo mismo. Desde que empezó la temporada de incendios 2023-2024, distintas instituciones han puesto cualquier cantidad de recursos, trabajando en equipo, para sofocar el fuego. Gracias a esos esfuerzos, dos mil 380 incendios han sido liquidados, pero las cenizas que han dejado son incontables. Por lo visto, de no atacar el problema de fondo, seguimos quemando Guatemala.
Secapacitará a agricultores ubicados en el área de influencia de áreas protegidas, priorizando los volcanes y parques nacionales.
Llora sangre ver cómo se nos quema Izabal y sus alrededores. Se especula que se trata de una treta política para desestabilizar al Gobierno. Si así es, poco quieren a Guatemala los que están detrás de esta infame acción.
Aplaudimos a las organizaciones como WCS, Fundaeco, Conap, MARN, Cecon, Conred, el Ejército y muchas más que se las han visto a palitos intentando apagar múltiples incendios, y nuevamente uno o dos días después vuelven a encenderse focos exactamente donde ya se habían apagado. Es obvio que se trata de gente malvada que debiera ser puesta tras las rejas.
A pesar de que vienen personas bien intencionadas con proyectos interesantes, no se les escucha, pues las soluciones que ofrecen parecieran extremas para algunos. No obstante, lo que está sucediendo es “extremo” y, para paliarlo, las soluciones no pueden venir tibias, sino enérgicas y radicales. Según Albert Einstein, “locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”.
Una de estas propuestas que me parece extraordinaria tiene el nombre de “Guatemala se nos quema”, ideada por Iván Azurdia, con el acompañamiento de Luisa Fernanda Zea Zeceña, María Dolores Molina y su servidora, en la que resumidamente se brinda una diferente alternativa que debe ser discutida, socializada y consensuada, y no ignorada como hasta ahora.
En primer lugar, hablamos de una propuesta mártir para identificar de forma inmediata a tres volcanes, que pueden ser Hunahpú (de Agua), Acatenango y Atitlán. Con este proyecto se brindará capacitación a agricultores ubicados en el área de influencia de áreas protegidas, dando prioridad a los volcanes y parques nacionales. La primera etapa consiste en hacer un inventario inmediato de agricultores que se encuentran en estos parques o volcanes. Acto seguido, se determinará la producción agrícola que dan estos terrenos sometidos a quemas, se cuantificará el rendimiento de los cultivos, se compensará a quienes ya no quemen (rozas), por medio de alimentos por trabajo, por la cantidad de producción no generada por la veda permanente de fuegos o por una compensación de alguna otra forma que se sugiera. Finalmente se hará un análisis para determinar el costo de oportunidad social y económica de seguir o no quemando.
El beneficio de esas accines será dejar de degradar el suelo, la captación y filtración de agua, generación de oxígeno, asimilación de diversos contaminantes, regeneración y retención del suelo y prevención contra deslaves y mitigación del cambio climático.
Al tener aliados que puedan ser capacitados y recompensados por mantener los bosques libres de incendios, les aseguro que ellos mismos serán los que denuncien y cuiden que nadie queme sus alrededores. ¿Les suena lógico?
No hay tiempo que perder. Pedimos que se comuniquen con nosotros las autoridades del Maga, MARN, FAO, Mindef, oenegés o entidades interesadas en dar solución, para que, juntos, revisemos el documento completo y determinemos cómo hacer realidad este proyecto viable. No debiéramos seguir gastando recursos para apagar incendios. Cambiemos la tónica.