política
Cuántas Consultas Populares se han llevado a cabo en Guatemala durante la era democrática
Los guatemaltecos han ido a las urnas para decidir reformas constitucionales y sobre el diferendo territorial y marítimo con Belice. Esto ha ocurrido entre 1994 y 2018.
La última Consulta Popular en Guatemala fue en abril de 2018 por el diferendo con Belice. El abstencionismo quella vez fue de 73.67. Esta cifra superan a las consultas populares anteriores de 1994 (85%) y la de los Acuerdos de Paz, en 1999,(81.45%). (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).
Este lunes 29 de abril, en conferencia de prensa, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, confirmó que analizan llevar a cabo una consulta popular para definir el futuro de Consuelo Porras como fiscal general de la República y jefa del Ministerio Público (MP).
Pobladores de Cobán, Alta Verapaz, ya manifestaron la intención de respaldar una acción de esta naturaleza para forzar la salida de Porras del Ministerio Público (MP), a quien señalan de socavar la democracia del país.
Este sería un hecho inédito para un jefe del MP, entre las 10 personas que han precedido a Porras Argueta, quien es la cuarta mujer que ocupa el puesto de fiscal general.
Porras Argueta fue nombrada en 2018, juramentada por Jimmy Morales, en su primer período y luego, para un segundo mandato, por Alejandro Giammattei.
"La consulta popular es una opción que estamos considerando en el marco de las distintas acciones legales que hemos dicho, para lograr liberar al MP de la red político, económica y legal que en este momento lo tiene controlado", aseveró Arévalo.
En 2016 se modificó la Ley Orgánica del MP para que la figura presidencial no pudiera remover a quien estuviera al frente del ente investigativo.
La fiscal general, Consuelo Porras, aseguró a Prensa Libre y Guatevisión este 29 de abril que no renunciará al cargo porque su trabajo lo ha hecho bien.
Las otras consultas
En el país, desde la era democrática, en la mitad de la década de 1980 a la fecha, se han llevado a cabo tres consultas. Los guatemaltecos han acudido a las urnas en 1994, 1999 y 2018, por razones que no tienen que ver con las Elecciones Generales.
Dos de las tres consultas conllevaban reformar la Constitución y la otra decidir sobre el diferendo con Belice. La primera Consulta fue en 1994 y hubo un ausentismo del 85%, con una participación de 637 mil votantes.
Esta tuvo su origen en el golpe de Estado del 25 de mayo de 1993, conocido como el Serranazo, cuando el presidente Jorge Serrano Elías, suprimió al Congreso y a la Corte Suprema de Justicia, luego de calificar de corruptos y chantajistas a los miembros de esos organismos, según la Hemeroteca de Prensa Libre.
Días después de asumir como presidente, Ramiro de León Carpio prometió una depuración del Organismo Legislativo y Judicial. Ante eso intentó plantear una consulta el 28 de noviembre de 1993, pero acciones legales de diputados la interrumpieron.
La crisis continuó durante varias semanas, hasta que la Conferencia Episcopal de Guatemala, que actuó como mediadora, logró consenso entre diputados y representantes del Gobierno para convocar a una consulta en torno a las reformas constitucionales.
La consulta a la población sería para decir SI o NO a la reforma de 37 preceptos de la Constitución y la aprobación de cinco artículos transitorios, entre los cuales estaba la reducción del periodo presidencial a cuatro años, suprimir gastos confidenciales, depurar la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y la elección de nuevos diputados.
El presidente de León Carpio hizo una campaña a favor del Sí en grandes concentraciones populares como una medida para acabar con la corrupción en el Congreso y en la CSJ.
Ganó el Sí
El resultado de la Consulta Popular fue que los guatemaltecos dieran su respaldo a las reformas constitucionales. Sin embargo, el abstencionismo fue el gran ganador con un 85 por ciento, el más alto de la historia política.
El Sí obtuvo más de 637 mil votos, por su parte el No obtuvo 105 mil, esto significaba que las reformas constitucionales entrarían a cobrar vigencia a partir de abril de 1994, además de que serían convocadas elecciones para elegir nuevos diputados al Congreso en agosto.
La segunda consulta
Esta consulta popular fue el 16 de mayo de 1999 y también fue para reformar la Constitución.
El proyecto de reformas fue promovido por el presidente Álvaro Arzú, que en 1996 había sido uno de los firmantes de los Acuerdos de Paz y a quien también movía el interés desde el Partido de Avanzada Nacional, que promovía a Óscar Berger para las Elecciones de 1999.
También, Alfonso Portillo, del Frente Republicano Guatemalteco, apoyaba las reformas. Junto con ambos presidenciables se movían la Universidad de San Carlos y agrupaciones sindicales.
Aunque Arzú defendía el proyecto, el No ganó en 12 distritos electorales y el Sí en 10. El voto de la capital fue decisivo para botar el proyecto.
Durante los años 1997 y 1998 el Congreso y múltiples instancias de la Sociedad Civil luego de múltiples sesiones y discrepancias entre partidos políticos y los participantes se logró 50 reformas constitucionales, divididas así: Nación y Derechos Sociales, Organismo Legislativo, Organismo Ejecutivo, Organismo Judicial y Administración de la Justicia.
El TSE convocó a la población a Consulta Popular el 1 de marzo de 1999 definiendo las papeletas donde se dividieron las reformas a realizar.
Por el Sí
La posición del Sí es la que más apoyo aparentaba tener en los diferentes sectores del país. Los partidos políticos PAN y FRG fueron los que hicieron proselitismo por medio de sus precandidatos presidenciales Óscar Berger y Alfonso Portillo.
La URNG, el Frente por el Sí, encabezado por el expresidente del CACIF, Luis Reyes Mayén, Agrupaciones Mayas, Cooperativas, la Universidad de San Carlos, la Unidad de Acción Sindical y Popular y la Asamblea de la Sociedad Civil se sumaron.
Por el No
A pesar de la intensa campaña por el Sí, cobró fuerza la campaña por el No en las últimas semanas. El partido ARDE encabezado por su precandidato Francisco Bianchi, ligado a los sectores más conservadores, sumándosele la cúpula del CACIF, la Liga Pro-Patria y el Cedecon, Amigos del País y sectores de la Iglesia Evangélica.
El temor del TSE era que al final el abstencionismo representara un alto porcentaje, por el escepticismo y desinformación de gran parte de la población y la polarización de los diferentes sectores por las diferencias ideológicas que arrastraron las propuestas a las reformas constitucionales.
Quienes se oponían por el No temían que el reconocimiento de los pueblos mayas fuera a dividir al país otorgándole privilegios sobre los ladinos por mencionar una de las razones a la negativa.
La votación
El TSE elaboró el padrón que contaba 4.8 millones de guatemaltecos aptos para votar; 6,971 mesas de votación instaladas en los 330 municipios y 1,234 juntas receptoras de votos. Otro dato destacable es la participación de 70 observadores internacionales.
Resultados
El gran ganador de la consulta fue el abstencionismo, 81.45%, participaron únicamente 757 mil 940 votantes, un 18.55% del padrón. Se esperaba mínimo un 20% de participación de acuerdo con el TSE. El No a todas las reformas ganó la consulta.
A pesar de los resultados, los acuerdos de paz tienen vigencia por sí mismos, y sirven de cita obligatoria en toda discusión acerca de los grandes problemas nacionales. A casi veinte años de esa fallida consulta, ninguna otra de reforma constitucional integral masiva ha sido planteada.
El diferendo de Belice
El 15 de abril de 2018 casi el 96 por ciento de los guatemaltecos votaron por el sí en la consulta popular sobre el diferendo territorial, insular y marítimo con Belice, con lo que se da aval por parte del país para que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) intervenga y dé un fallo definitivo sobre el litigio.
El abstencionismo fue de 73.67 por ciento - la participación era de 26.33 por ciento - con el 99.15 por ciento de mesas receptoras de votos computadas.
No obstante, esas cifras superan a las consultas populares anteriores. La de reformas constitucionales de 1994 fue de 85 por ciento, y la de los Acuerdos de Paz, en 1999, fue de 81.45 por ciento.
Guatemala reclama a Belice unos 11 mil 30 km cuadrados de territorio, así como centenares de islas e islotes. La disputa se remonta a 1783, cuando España dio esos territorios en concesión a Inglaterra para que explotara madera.
En 2008, Guatemala y Belice acordaron ir a la Corte Internacional de Justicia para poner fin a la controversia de más de dos siglos. Guatemala dio el primer paso con la consulta.