Catalejo

Indispensable conocimiento de la realpolitik de este país

La realpolitik de Guatemala incluye saber cómo piensa el ciudadano de a pie, ya sea en la urbe o los departamentos.

El origen histórico del concepto realpolitik puede encontrarse en Maquiavelo del siglo XVI, quien en apretado resumen señala la búsqueda del beneficio del Príncipe (hoy en día Presidente), como motivo principal de la política. Tal rudeza conceptual se ha mantenido y por ello en quien encabeza el Ejecutivo radica una posibilidad de mando real. Entonces es necesaria la participación de personas con las mismas o muy similares ideas políticas e ideológicas, para ser éticos. Sí se mantiene algo del criterio maquiavélico, cuya definición no implica ser maligno, sino correcto para conducir el Estado, cuya abrumadora complejidad obliga a manejarlo con habilidad, lo cual no implica pero tampoco excluye el cinismo, para lograr el verdadero bien común.

La realpolitik no es un concepto similar en los países, sino solo parecido, porque depende del nivel popular de educación, grupo étnico o religioso, y su interés en participar a través de presentar sus opiniones. Esta participación no puede ser obligatoria: los países donde lo es, y no hacerlo se castiga, los resultados electorales son falsos, al eliminar la necesaria opción de desagrado entre los votantes inscritos, casi siempre menor al número de adultos en edad de votar. También influye el tipo de partidos políticos, reales o de mentiras, como los guatemaltecos. Los centrados en la población de las ciudades tienen por lo general la tendencia a no valorizar al ciudadano de la provincia. Son candiles de las urbes y oscuridad de las ciudades intermedias y pequeñas.

Una forma de comprobar la fuerza real de los partidos es conocer cuántos diputados han logrado en cuatro elecciones.

Se les conoce como partidos de gabinete y por ello su fuerza se basa en influir en las élites, poderosas pero minoritarias. En Guatemala, los partidos populares, por llamarlos de alguna forma, ahora influyen en la provincia, desde unas tres elecciones, cuando los politiqueros en base a promesas populistas imposibles pero cumplidas en parte, lograron despertar la fuerza de los electores dormidos, desmotivados, aburridos de tanto engaño. En el 2023, los surcos labrados por la UNE, o sea Sandra Torres, fructificaron en contra de ella, y al recibirlos Arévalo, los votantes exigen el cumplimiento inmediato de algunas de las promesas, lo cual, aunque es imposible, sí se necesitaba demostrar el comienzo de una nueva forma de hacer gobierno. La esperanza supera a la realidad.

En resumen, la lucha por los gobernadores es resultado de la intromisión de la UNE para sugerir y luego legislar para escogerlos vía elecciones. El conocimiento del país quedó demostrado al agregar a la sociedad civil, integrada en muchos casos por personas solo interesadas en sus propios intereses, por la vía de estos funcionarios, cuyas tareas incluyen la escogencia de las obras y sobre todo manejan los fondos y deciden quiénes las ejecutarán. Pocos alcaldes se animan a contradecir, sobre todo cuando los gobernadores provienen de sectores inconvenientes o criminales. Una forma de comprobar la fuerza real de los partidos es conocer cuántos diputados han logrado en cuatro elecciones: el Unionista es el peor: 2-1-2-1, pero risiblemente ¡tiene jefe de bancada!

La influencia de todo presidente lo lleva a la mitad del motivo de su éxito. Las relaciones internacionales son muy importantes, pero el frente interno lo es más, y quienes por la vía diplomática deben explicar la realpolitik guatemalteca, necesitan conocer la realidad política para explicar el porqué de las decisiones y cómo ejecutarlas. Los diplomáticos pueden carecer de experiencia, pero si no conocen lo interno en realidad, no en teoría, no agregan nada porque en esa tarea se luce el Ejecutivo. Si la realidad nacional no es conocida dentro ni fuera del país, la paciencia foránea terminará pronto, pues para colmo también estos países tienen, según ellos, la fórmula para lograr éxito. Se debe empezar por convencerlos de ese error fundamental y difícil de entender. No hay otra opción.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.