El vicealmirante Peter Gautier, subcomandante de operaciones de la Guardia Costera de Estados Unidos, explicó en una conferencia de prensa que “el buque está estable pero todavía tiene más de un millón y medio de galones de fueloil y aceite lubricante a bordo y tiene 4 mil 700 contenedores de carga a bordo”.
En el choque que derivó en el derrumbe del puente Francis Scott Key cayeron por la borda al agua un total de 13 contenedores, que “no contienen materiales peligrosos”.
“No existe ninguna amenaza para el público por los materiales peligrosos a bordo. Así que obtuvimos el manifiesto del barco que transportan los portacontenedores y realizamos ese análisis de los tipos de centro y tablero de materiales peligrosos”, afirmó.
La rueda de prensa tuvo lugar en la Casa Blanca, después de que ambos funcionarios se reunieran en el Despacho Oval con el presidente Joe Biden para informarle sobre los últimos detalles de lo sucedido.
Gautier estuvo acompañado en la rueda de prensa por el secretario de Transporte estadounidense, Pete Buttigieg, y ninguno de los dos quiso ofrecer detalles sobre la investigación de lo sucedido.
“Preferimos dejar cualquier información a la autoridad que lo está investigando”, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), una organización independiente del Gobierno de los Estados Unidos que se dedica a la investigación de accidentes.
El vicealmirante confirmó que la tripulación del buque “Siguen a bordo y están cooperando” con la investigación. “Ellos permanecen a bordo y la tripulación predominantemente india y de SriLanka están muy involucrados en el diálogo y la investigación”.
El secretario de Transporte estadounidense, Pete Buttigieg, afirmó por su parte que la “máxima prioridad” de la Guardia Costera ahora es restaurar la vía fluvial para el transporte marítimo”, en uno de los puertos.
El portacontenedores Dali impactó contra el puente Francis Scott Key alrededor de la 1:30 de la madrugada del martes, provocando el colapso de gran parte de la infraestructura.
Al menos, 6 empleados de una empresa que hacía trabajos de reparación del puente han perdido la vida, todos ellos de origen centroamericano y mexicano, y siguen las labores para rescatar los cuerpos.
Puente de los “trabajadores”
“Es el puente de los trabajadores”, comentó Kurt Schmoke, quien fue alcalde de Baltimore en los años noventa y ahora es presidente de la Universidad de Baltimore. El puente de la bahía de Chesapeake, que se encuentra a 35 kilómetros de distancia y era el único puente de Maryland más largo que el Key, se asocia más con el esparcimiento, pues da acceso a la playa. Los túneles solo son funcionales: una opción que permite rodear prácticamente Baltimore a quienes van de Washington D. C. a la ciudad de Nueva York.
“El puente Key”, explicó Schmoke, “definitivamente era para el trabajo”.
Cuando se inauguró el puente Key en 1977, el túnel del puerto sufría bloqueos constantes por el tráfico debido al creciente número de personas que se trasladaban desde los suburbios de Baltimore, de rápido desarrollo, y por el corredor de la interestatal 95. El puente liberó el tráfico y fue una bendición para las comunidades de clase trabajadora que vivían en sus extremos. Ahora tenían una ruta directa hacia su trabajo en las plantas y centros de distribución que rodean el puerto.
“El puente atravesaba la zona trabajadora de Baltimore, tanto metafórica como literalmente”, afirmó Rafael Alvarez, de 65 años, quien es hijo de un ingeniero que trabajaba en un remolcador del puerto y ha escrito más de 12 libros sobre la clase trabajadora de Baltimore.
Los seis hombres perdidos formaban parte de esta tradición de trabajadores de Baltimore: miembros de un equipo de construcción que cubrían turnos nocturnos reparando baches en el puente.