Desde el pasado 22 de diciembre, el Gobierno federal mantiene cerrado el 25 % de la Administración debido a la exigencia de Trump de incluir fondos para la construcción del muro en los presupuestos federales, una propuesta que ha chocado frontalmente con la nueva mayoría demócrata en la Cámara Baja.
La parálisis afecta a agencias de 10 departamentos del Ejecutivo, incluyendo Transporte y Justicia; así como a decenas de parques nacionales, y mantiene sin salario a 800 mil de los 2.1 millones de trabajadores federales.
Con Trump y los demócratas enrocados en sus respectivas posiciones, la crisis política lleva semanas sin visos de solución, y el mandatario ha rechazado hasta ahora todas las propuestas que le llegaban, incluso desde algunos de sus aliados más cercanos como el senador republicano Lindsey Graham.
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El presidente ha barajado la idea de declarar una emergencia nacional, una medida que le permitiría reasignar fondos militares hacia la construcción del muro sin el visto bueno del Congreso, pero la semana pasada afirmó que prefería no tomar esa medida.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, no quiso confirmar o descartar este viernes que Trump planee declarar una emergencia nacional.
“Va a seguir buscando una solución para acabar con la crisis humanitaria y de seguridad nacional en la frontera”, se limitó a indicar Sanders en declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca.
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