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Manuscritos localizados en Antigua revelan producciones musicales del siglo XVI en Guatemala

Dieter Lehnhoff revela los trabajos que han realizado a fin de rescatar obras inéditas de autores guatemaltecos del siglo XIX.

Imágenes del documental Guatemala Clásica

El documental Guatemala Clásica versa sobre el descubrimiento de la música histórica de Guatemala. y está basado en manúscritos con compsiciones hallados en Antigua Gutemala y otros lugares del país. (Foto Prensa Libre: tomada de documental Guatemala Clásica)

Su más reciente trabajo se recopila en un documental producido junto con su esposa, Cristina Altamira. En este presentan perfiles y datos históricos de músicos cuyas composiciones, en algunos casos, se conocieron hace 250 años. Según explica, esos artistas llevaron a Guatemala a ocupar uno de los primeros lugares en el desarrollo y composición de música clásica, en el denominado “barroco antigüeño”. En esta entrevista, Dieter Lehnhoff cuenta los detalles del proceso.

¿De qué trata este documental?
Este volumen se llama Guatemala Clásica. Versa sobre el descubrimiento de la música histórica de nuestro país. Cuenta la historia de la música clásica de Guatemala, y también de la que fue compuesta después del traslado de la ciudad a este valle de la Asunción. He de decirle que se trata de obras dotadas de una calidad sorprendente. Hemos descubierto varias piezas de José Eulalio Samayoa. Una de ellas, la primera sinfonía que se escribió en el continente americano, es decir, en lo que entonces era el Nuevo Mundo.

Entonces, ¿hay otro volumen similar?
Es el segundo trabajo de este tipo. El primer volumen se titula El Barroco Antigüeño. El nuevo se llama Guatemala Clásica.

¿Cuál es el origen de esta investigación?
Hace muchos años vi las primeras partituras manuscritas que quedaban en viejos depositorios documentales, en Antigua Guatemala, en la capital y en otras localidades. Así me di cuenta de que había música de magnífica calidad música que no se quedaba a la saga de ninguna de origen europeo.
Entonces me di a la tarea de investigar, es decir, de transformar las grafías que han cambiado con el tiempo por partituras legibles para los músicos actuales y de diferentes épocas.

Cuando usted menciona viejos depositorios, ¿a qué se refiere?
Afortunadamente, muchos de los documentos han sobrevivido; muchos otros, no. Al descubrir que hay una colección de manuscritos en archivos eclesiales —que son bibliotecarios, gubernamentales o privados—, eso nos dio la oportunidad de ver lo que tenían. En muchos casos, aparecen obras musicales olvidadas que es preciso volver a integrar a la vida cultural y musical de nuestro tiempo.

¿Cuál es el documento o la pieza más antigua que ustedes han encontrado en esos archivos?
Creo que es una composición de Pedro Bermúdez que se llama Invitatorio. Es una pieza todavía del siglo XVI. Sin embargo, este documental en particular se centra en la música desde el traslado de Antigua Guatemala, o sea, la escrita en la Guatemala de la Asunción por compositores como Rafael Antonio Castellanos, Pedro Nolasco Estrada Aristondo, y después José Eulalio Samayoa, del que le hablé antes. Su sinfonía es de las primeras obras de su género, que es la expresión musical más prolongada, sin letra, sin canto, instrumental y más elaborada.

¿Los compositores que ustedes reúnen son guatemaltecos o hay extranjeros radicados en Guatemala?
Son solo guatemaltecos. Los extranjeros radicados en Guatemala fueron los de alguna época, en el siglo XVI, que eran peninsulares. Ellos venían con el acervo musical del Renacimiento y eran maestros aquí. Se desarrolla un acento propio en la música guatemalteca.

Ese acento propio musical, ¿es por el ritmo o por los instrumentos que usan?
Es por el diseño de las melodías y el acompañamiento rítmico, que es a veces reminiscente de la marimba. Por ejemplo, en el caso de la música del siglo XVIII. Mi esposa Cristina Altamira ha grabado numerosos fonogramas sobre esa música. Luego surge la de la época clásica, en la obra de Rafael Antonio Castellanos. Así como vemos en la arquitectura, que en Antigua Guatemala es barroca y en la zona central de Guatemala es neoclásica, así también la música tiene un diseño de frases antecedentes y consecuentes. Un diseño muy ordenado, pero a la vez muy apasionado.

¿Estas obras fueron conocidas en su época o quedaron en archivos?
Sí. Lo que estamos haciendo es revivirlas. En este documental reunimos ejemplos de compositores de la época clásica en Europa; es decir, Haydn, Mozart, Beethoven y Schubert. Lo hacemos en tomas de conciertos que hemos dado ahora, a lo largo de los años, en Guatemala y otros lugares.

¿Cómo fue la producción de este documental?
Mi esposa fue quien documentó todo eso audiovisualmente. Las tomas más antiguas que tenemos son de conciertos que dimos en los años noventa y vamos avanzando a través del tiempo, tanto con compositores europeos como guatemaltecos, porque lo que queremos es presentarlos como parte del mismo acervo universal de la música.

¿Han encontrado en otros archivos material audiovisual?
Solo material fotográfico impreso, ilustraciones de partituras y manuscritos. De hecho, hicimos tomas de los escritos de Samayoa.
Una cosa increíble es cómo él describe la vida en la ciudad de Guatemala en 1813, y eso aparece gráficamente documentado en este video. De esa manera hemos combinado material gráfico de diversa naturaleza, no solo tomas de conciertos, sino también de documentos.

El guatemalteco Dieter Lehnhoff es un compositor, director de orquesta y musicólogo guatemalteco de ascendencia alemana. Fundó el Departamento de Música de la Universidad del Valle de Guatemala y el Instituto de Musicología de la Universidad Rafael Landívar.  La Asociación de Amigos del País le encargó la grabación de una serie discográfica con música de todas las épocas: el resultado fue la serie discográfica Música histórica de Guatemala, compuesta por siete discos compactos con música previamente inédita de todos los períodos históricos del país. Fotografía Prensa Libre: María Reneé Barrientos Gaytan. 16-02-2024.
El guatemalteco Dieter Lehnhoff es un compositor, director de orquesta y musicólogo guatemalteco de ascendencia alemana. Fundó el Departamento de Música de la Universidad del Valle de Guatemala y el Instituto de Musicología de la Universidad Rafael Landívar. La Asociación de Amigos del País le encargó la grabación de una serie discográfica con música de todas las épocas: el resultado fue la serie discográfica Música histórica de Guatemala, compuesta por siete discos compactos con música previamente inédita de todos los períodos históricos del país. (Foto Prensa Libre: María Reneé Barrientos Gaytan)

¿Qué fue lo que más le impresionó de esta investigación?
Se lo respondo así: es una experiencia muy especial ver cómo esta música ya se integró a las generaciones de 40 años a esta parte.

De seguro hubo un dato que usted no esperaba encontrar.

Usted está en lo cierto.


¿Cuál es?
Que no había ninguna sinfonía. No había ninguna sinfonía en toda América, ni en Sudamérica, ni en Norteamérica, antes que Samayoa. Esa primera sinfonía de las Américas es la séptima suya; las otras seis están perdidas, ojalá aparezcan. Es la primera que se conoce y hay consenso en el mundo de los investigadores de que eso es así. Esa fue una cosa. Otra más es que Samayoa fundó la Sociedad Filarmónica de Guatemala, la cual se llamaba del Sagrado Corazón de Jesús. Lo hizo un año después de que se fundara la Filarmónica de Viena y un mes antes de que empezara la Filarmónica de Londres. Eso, por alguna razón, me emocionó, porque es casi como un récord deportivo.

¿Cuál es la importancia que tiene ese descubrimiento en la actualidad?
Nos revela el grado de importancia que se le dio en la Guatemala de antaño al desarrollo musical. La música tuvo un lugar preponderante en la vida de las sociedades guatemaltecas de los siglos XVIII y XIX.

¿Por qué cree que se perdió?

No sé si se perdió.


¿Acaso disminuyó?
Es natural que al pasar de los años eso vaya cambiando, pero con estos esfuerzos estamos tratando de reponerlo. Por ejemplo, enseñando esta música. A la Orquesta Sinfónica Juvenil Intercultural, que yo he dirigido, les he enseñado música de esta y los jóvenes realmente se entusiasman con ella. Les encanta. Ellos no sabían que había una música propia tan extraordinaria para interpretarse. El público también se sorprende y la disfruta. Hay una obra que se incluye en el documental que fue la Sinfonía de la Exposición que ganó medalla de oro en la Exposición Universal de Chicago en 1893. Medalla de oro para composición musical. ¡Imagínense! En primer lugar.

¿Qué hace falta para potenciar esos esfuerzos y que haya aquí más interés por la música?
Es un esfuerzo que debe tener su raíz en lo formativo, en lo educativo. Con estos documentales lo que queremos es poner a disposición un material que haga posible que los niños y jóvenes se den cuenta de que tienen una herencia musical disfrutable y de la que pueden estar orgullosos. Y eso es lo que nos permite regenerar su orgullo de pertenencia y su sentido de identidad. Tal cosa, indudablemente, fortalece muchísimo los lazos sociales.

¿Ve usted la apertura de las nuevas autoridades para fomentar este tipo de proyectos?
Sí. Tenemos la satisfacción de que para el lanzamiento confirmaron su presencia varias personas importantes de las nuevas autoridades. Queremos que este material sea incorporado a los pénsum de educación musical en el país.


¿Qué esperan lograr con este trabajo?
Primero, el impacto educativo. Definitivamente, eso es lo que más nos entusiasma: que los niños conozcan su herencia musical. Así como en Austria conocen a Mozart, y en todo el mundo conocemos la música de Beethoven, que esto pase a ser parte de lo que ellos perciben como propio musicalmente.

¿Cree usted que en el país hay conciencia de esa herencia musical?
Esa es nuestra tarea: hacer conciencia. Por eso desarrollamos estos materiales que incluyen partituras y libros, como Creación Musical en Guatemala. Además, tenemos 24 discos compactos publicados. Actualmente estamos con el tema audiovisual, para que las nuevas generaciones tengan acceso a esta información.

¿Cuál es el origen y el perfil de los compositores que recopilan en este documental?
Si hablamos de José Eulalio Samayoa, él fue de clase humilde. Nació en esta Nueva Guatemala en diciembre de 1780 y se formó dentro del sistema de los gremios artesanales. Así aprendió a tocar el violonchelo y se volvió tenor.
Además, aprendió composición porque uno de sus maestros, Manuel Mendía, de Retalhuleu, le enseñó a componer sones de Pascua. Después descubrió la música de Rafael Antonio Castellanos, de la generación anterior, a quien “endiosaba”, y aprendió de las sinfonías de Haydn, cuyas partituras le enviaba desde sus viajes Juan José Aycinena. Fue un autodidacta genial.


¿Qué legado busca dejar con este trabajo para la sociedad guatemalteca?

Si vamos a lo material, material educativo, informativo, historia de la música relacionada con la evolución de la cultura guatemalteca a través del tiempo. Que se reconozca el valor de este legado y lo incorporen a su propia calidad de vida.


Según lo que ha encontrado en sus investigaciones, ¿qué lugar ha ocupado Guatemala en la escena musical de los últimos siglos?
Mire, si vamos al pasado, está en uno de los primeros. Es una de las expresiones iniciales, entre los siglos XVII y XVIII, en incorporar un lenguaje musical derivado de las tres etnias. De lo español, la escala musical; de lo indígena, la fabricación de los instrumentos, y de lo afrocaribeño, ciertas voluntades rítmicas. De lo indígena se encuentran, asimismo, ciertas voluntades melódicas, y todo eso junto se amalgama para una nueva expresión. Aquello no se da en Lima o en México, donde predominan más el barroco español y el italiano.


¿Cómo se le denomina en Guatemala?
Yo le digo el barroco antigüeño. Nosotros le decimos así porque Antigua Guatemala fue la cuna de ese proceso, cuando los gremios artesanales eran de una calidad extraordinaria. Así como las imágenes religiosas guatemaltecas llegaron a Oaxaca, a México, a Quito, por su enorme calidad.