La presbicia o vista cansada es una alteración ocular que se debe a la pérdida de elasticidad del cristalino, la lente natural del ojo que permite enfocar los objetos a diferentes distancias, en lo que se conoce como la acomodación.
Esta disminución de la capacidad de acomodación del cristalino, que con el paso de los años pierde progresivamente su elasticidad y se vuelve más rígido, por lo tanto, menos flexible, provoca dificultades para ver de cerca con nitidez.
La persona con presbicia tiene dificultad para enfocar los objetos cercanos y necesita alejarlos para verlos mejor; percibe que el texto baila y las letras son borrosas, sufre dolor de cabeza al fijar la vista de cerca durante un lapso prolongado y siente que sus ojos enrojecen, se secan, escuecen, lagrimean y tienen arenilla al utilizar mucho la visión cercana, según Barraquer.
Cuando uno comienza a notar este conjunto estos síntomas, que conllevan fatiga visual, es imprescindible visitar a un profesional de salud visual, como el óptico o el oftalmólogo, quien determinará si se sufre presbicia mediante un examen de diagnóstico y buscará una solución personalizada a este problema.
Consejos para descansar la vista
- Masajear los párpados: Con las manos bien lavadas y tras calentarlas frotándolas entre sí, hay que cerrar los ojos y realizar movimientos ligeros y circulares con los dedos anulares o medios.
- Presionar con suavidad: Algunas personas encuentran alivio adicional presionando suavemente la esquina interna del ojo cerca de la nariz durante unos segundos y repitiendo el proceso con la esquina externa del ojo.
- Girar los ojos: Con los párpados cerrados, mover los ojos girándolos en el sentido de las agujas del reloj, diez veces. Después, se repetirá el giro, pero en sentido contrario.
- Parpadear a diferentes ritmos: Durante dos minutos, hay que parpadear lentamente, abriendo y cerrando los ojos cada diez segundos. A continuación, hay que realizar un parpadeo rápido cada dos segundos.
- Mirar en zigzag: Para este ejercicio, colocar un bolígrafo frente a usted, y muévalo dibujando una línea en zigzag horizontal de derecha a izquierda, mientras sigue sus movimientos con la mirada.
- Dibujar un 8 con la vista: Imaginando que en una pared situada a menos de dos metros hay dibujado un ocho y con la cabeza inmóvil, hay que mover los ojos lentamente dibujando ese número con la mirada, primero en un sentido y después en el contrario, repitiendo el ejercicio varias veces, durante 3 a 5 minutos.
- Bizquear: Para ejercitar los músculos oblicuos, hay que ponerse bizco, mirándose la punta de la nariz, moviendo después los ojos hacia el entrecejo y repitiendo este ejercicio al menos 10 veces, para poder relajar la zona ocular.
- Enfocar a distintas distancias: Para enfocar de cerca y de lejos, hay que mirar primero a un objeto próximo durante unos segundos, y después, cambiar lentamente el enfoque hacia un punto más lejano, realizando este ejercicio preferiblemente al aire libre y repitiéndolo hasta completar diez ciclos.
- Hacer círculos con los ojos: Imaginando un reloj situado en una pared cercana, hay que mover los ojos hacia las 12 y las 6 en punto, y después desde las 9 a las 3 en punto, tras lo cual hay que efectuar movimientos circulares completos, primero en el sentido de las agujas del reloj y luego en sentido inverso, ejercitándose de este modo durante 3 a 5 minutos.
- Apoyar las manos en los ojos: Cuando se notan los ojos cansados, secos o irritados, hay que frotar las manos limpias para calentarlas y después apoyar las palmas sobre los ojos cerrados, sin presionarlos, respirando en esta posición tres veces profundamente y repitiendo el ejercicio varias veces al día.
- Relajar la vista: Con los ojos cerrados, colocar las manos delante en forma de cuenco, pero sin llegar a tocarlos. Después abrir los ojos y mirar en la oscuridad durante treinta segundos.