“Todo el hemisferio occidental estaba allí y fue realmente importante e impactante ver cómo esa presencia permitía la toma de posesión del presidente Bernardo Arévalo tras su clara victoria en las elecciones del 20 de agosto. Y digo clara victoria porque allí tuvimos quién testificó que así fue”, dijo Borrell, en referencia a la Misión de Observación Electoral que envió la UE a los comicios.
Esa misión “nos permitió dar testimonio de lo que había ocurrido y por lo tanto, en pleno conocimiento de causa, defender la investidura del presidente Arévalo, mandando una misión de compromiso con la democracia y con el pueblo de Guatemala y viendo, en la práctica, eso que ahora llamamos ‘lawfare'”, o guerra legal.
“Eso era ‘lawfare’ de verdad. Cómo las instancias del poder judicial se movilizaban como un poder autónomo no sometido a una tutela de la soberanía política que reside en los electores para intentar (evitar) la investidura de un presidente democráticamente electo”, apuntó Borrell, en referencia a las acusaciones que el independentismo catalán hace de los jueces españoles de instrumentalizar la justicia.
Arévalo asumió la presidencia de Guatemala el pasado 14 de enero en una jornada tensa por los intentos de la fiscal general, Consuelo Porras, de intentar evitar su investidura tras su triunfo electoral.