“El pasado jueves 4 de enero tuvimos una llegada de un pingüino muy particular, completamente blanco“, contó a la AFP Hugo Harros, cocinero de la estación científica ubicada en la Capitanía de Puerto Bahía Paraíso, en el norte de la península antártica.
En esa base habitan 14 personas en medio de una colonia de miles de esas aves, de nombre científico “Pygoscelis papua” y reconocibles por una bella coloración superior negra y con toques blancos en el vientre y sobre los ojos.
Sin embargo, el espécimen avistado “era completamente distinto al resto“, destacó Harros, suboficial de 33 años y quien cumple una misión de cuatro meses en el Continente Blanco hasta marzo.
“Este pingüino tenía leucismo“, añadió, en referencia a una variación genética que afecta parcial o totalmente la coloración de la piel, las plumas o pelaje de un animal, pero que no lo hace más sensible al sol como el albinismo.
Diego Mojica, biólogo marino de la Fundación Malpelo y otros Ecosistemas Marinos que acompaña una misión antártica de la Armada colombiana a bordo del buque científico ARC Simón Bolívar, explicó a la AFP que el leucismo “es producto de un gen recesivo que al parecer de alguna forma es hereditario“.
“En cierto porcentaje entre miles de pingüinos puede nacer un individuo” con esa condición excepcional, resaltó.
En videos logrados por Harros puede verse al ave, de pico y alas de un tono rojizo tenue y plumaje blanquecino, caminando sobre las rocas en medio de su colonia bicolor.
La gente en la base militar “estaba muy asombrada por el encuentro que estábamos teniendo, quisimos rápidamente poder sacar fotografías para el recuerdo”, destacó el suboficial, también fotógrafo aficionado.
La especie “Pygoscelis papua” tiene una población de 774 mil individuos, considerada estable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Los científicos estiman, sin embargo, que la actividad humana podría tener impacto sobre su salud.
En 2022, el hallazgo de una colonia de los también conocidos como pingüinos juanito en una zona antártica más austral de la acostumbrada preocupó a los organismos de conservación por el posible impacto del cambio climático.
Los papúa, que pueden alcanzar unos 90 centímetros de altura, son considerados los pingüinos con el nado más rápido entre su especie, alcanzando velocidades de hasta 36km/h.