META HUMANOS

El potencial transformador de los jóvenes

Ahora que estamos al inicio del año escolar, una de las preguntas que con frecuencia se formula en los centros educativos hace alusión a la famosa canción de los años ochenta que cantaba Miguel Mateos, que decía “Nene, nene, nene, ¿qué vas a hacer cuando seas grande?”.

' Potenciar a la niñez y a la juventud nos implica a todos y a todas sin excepción.

Julio Gómez

Millones de niños y niñas en las aulas del país están hoy respondiendo con ilusión a esta interrogante… Testigos de sus respuestas, millones de adultos, los vemos con esperanza, creyendo que en ellos y ellas está la posibilidad de crear un futuro esperanzador… ¡Y cómo no hacerlo! Si en este momento particular de nuestra historia, 4 cada 10 guatemaltecos es menor de 18 años.

Lo que parece quedar diluido en la canción, es que todos ellos y ellas no solo representan nuestro futuro, sino más bien, son la parte vital de nuestro presente. Su potencial es una llave para transformar el presente y futuro de nuestro país.

Potenciar a las generaciones más jóvenes, no es una responsabilidad única del gobierno, o del Estado, es una misión compartida que debe ser asumida por todos los guatemaltecos.

Si bien el Estado debe ser garante de servicios de protección social básicos, que garanticen sus derechos humanos, como por ejemplo, el derecho a la vida, a la salud, a la educación, a la no violencia; velar por el bienestar de la niñez y la juventud es una responsabilidad ciudadana colectiva.

Por tanto, el reto inminente para nosotros los adultos, es no solo preguntarles ¿qué vas a hacer cuando seas grande?, sino preguntarnos ¿qué estamos haciendo juntos, para cuándo ellos y ellas sean grandes? ¿Qué estoy haciendo yo —desde mi pedacito de acción— por crear condiciones favorables, para el desarrollo de la niñez y la juventud que tengo más cerca?

En vez de centrarnos en lo diferente que pueden ser las generaciones más jóvenes, enfoquémonos en descubrir en su diversidad, la riqueza y la belleza que nos ofrecen para co-crear juntos las condiciones favorables, que de manera integral nos posibiliten cocrear juntos ese futuro esperanzador.

Contrario a lo que algunos piensan, estamos ante una generación con competencias distintas y diversas, cada vez más abierta a conversar sobre temas difíciles, jóvenes que escuchan a otros y se escuchan entre sí, que respetan y aceptan sus diferencias y perspectivas. Estamos frente a jóvenes valientes con grandes virtudes, que se responsabilizan en cuidar nuestro planeta —nuestra casa común—, que quieren ser felices y ser ciudadanos de un mundo interconectado.

Como guatemaltecos adultos, nuestra tarea es acompañar y dejarnos acompañar por ellos y ellas. Aprender a ser conscientes de que juntos hacemos más y que es momento de escucharlos, de verlos y de incluirlos cada vez más.

Si bien las brechas generacionales no siempre hacen que lograrlo sea una tarea fluida o sencilla, desde la grata experiencia que tengo de acompañar el crecimiento de mi sobrina de 15 años, caminar junto a ella y pensar en su futuro, me da la sensación de que Guatemala puede ser distinta y me anima a dar más.

Potenciar a la niñez y a la juventud nos implica a todos y a todas sin excepción. A paternar o maternar desde el amor; a formar en las aulas personas y no solo profesionales; a generar en las empresas votos de confianza y espacios de memoria para los más jóvenes; a que estés, desde el rol que estés, intentes ver el mundo también desde sus ojos, para recordar quien fuiste, y poder ahora darles tú aquello que necesitaste para desarrollar tu máximo potencial.

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