Los arneses que compraba en el país no demostraron ser efectivos. La mayoría quedaban inservibles desde la primera vez de uso, pues el animal, que es de trabajo, abría con su fuerza los mosquetones que unen el arnés con la correa. Entonces, decidió importar diversidad de estos objetos, para lo cual invirtió grandes sumas, pero que tampoco tuvieron el resultado esperado. “No poder controlar la fuerza del perro tiene impacto en el entrenamiento y el paseo deja de disfrutarse”, dice.
Hasta que un día, conoció a Carlos Patzán, quien adoptó un perro que vivía en el hogar temporal de Barrios. Patzán, quien se dedica a producir bolsas y mochilas, había fabricado una correa con un mosquetón para este can, según sus necesidades, por lo que la entrenadora le pidió manufacturar un arnés, de acuerdo a un diseño que ella había trazado en papel, con base en la experiencia de lo que le hacía falta a los que había adquirido.
Patzán aceptó y fabricó el primer prototipo en noviembre del 2022, que fue probado en Atlas, y que fueron modificando para que fuera resistente y cómodo no solo para el animal, sino para el dueño. En mayo del 2023, llegaron a una versión final del arnés, que no solo resultó ser efectivo para Atlas, sino para otros perros de todas razas y tamaños con los que sus dueños tenían el mismo problema durante los paseos.
Está fabricado con materiales industriales importados como argollas y mosquetones, así como la tela, que no se atora en el pelo o lastima la piel del can. Puede soportar 250 libras de peso, con faja gruesa, y su forma de H impide que se lesionen las articulaciones o músculos. Las argollas están soldadas para evitar que se abran al jalarlas.
Tiene argollas en tres puntos: en el frente, para evitar que el animal jale la correa al caminar o correr; la del cuello, para que siga el paso junto a su dueño, y la del lomo, para cuando está calmado. Al mismo tiempo, el arnés es liviano, al que también se le puede agregar una pieza que le llaman “antiescape”, para perros acostumbrados a soltarse.
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Se puede fabricar de manera individualizada. en 12 diferentes colores, camuflajeadas y en tela tradicional maya, y se puede bordar el nombre del can. También hacen correas resistentes que se adaptan al arnés. Las fajas se pueden hacer más delgadas para perros pequeños, como chihuahuas. Se entrega en una pequeña mochila para evitar empaque desechable.
Barrios y Patzán están en proceso de patentizar su invento, que será presentado en marzo y que, afirman, ha sido adquirido por muchos dueños. Fara Blanco es una de ellos, quien expone que su perro, Bruno, es muy activo, al que le gusta explorar, correr y nadar. Por ello, se le dificultaba mucho mantenerlo controlado y le lastimaba la muñeca al salir a pasear.
Dice estar “encantada y agradecida” con el arnés, pues además de ser ergonómico, no le lastima y todo el cuerpo del perro va bien sujetado. “Otra ventaja es que está diseñado por una entrenadora de perros, por lo que sabe exactamente las necesidades del perro. Ahora los dos disfrutamos del paseo”, puntualiza.
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