Escribo esta columna durante la mañana del domingo, con la plena confianza en la toma de posesión de las nuevas autoridades y que esto brindará nuevos aires de esperanza al país. En un mundo polarizado, donde no tenemos que ir muy lejos para encontrar que en países vecinos los gobernantes cambian la interpretación de sus propias Constituciones para seguir en el poder, es refrescante que la economía más grande de Centroamérica lidere un proceso de cambio y transformación democrática, en el cual podamos afrontar los retos que como sociedad tenemos.

Las nuevas autoridades tendrán muchos desafíos, así que lo primero es agradecer como guatemalteco el que hayan asumido el reto. No es fácil, no será rápido y, como en todo el mundo, las expectativas de la población son altas y el ritmo al cual se pueden entregar los servicios públicos que espera la población es lento. Por eso, creo que con esta columna intento plasmar algunas prioridades que desde los primeros cien días las nuevas autoridades pueden asumir para brindar mejores resultados durante su gestión.

Empezar con conocer y evaluar los programas existentes en cada ministerio y las acciones que se han estado trabajando desde cada secretaría. El sentido pragmático que han mencionado las nuevas autoridades es muy importante. El seguimiento al decreto número 5-2021 Ley para la simplificación de requisitos y trámites administrativos, tiene plazos de implementación importantes, algunos sin capacidad de prorrogarse, sin ir al Congreso. Como, por ejemplo, el que, para el 31 de agosto de este año, todas las dependencias del Ejecutivo deben implementar sistemas que permitan la realización de trámites por medios electrónicos. Este es un tema que debe ser prioridad y tomar la decisión desde ya sobre qué acciones se van a tomar en cada ministerio e intentar una reforma programática en el Congreso que permita plazos para su implementación más realistas. ¿Quién estará a cargo de este tema? Esto es importante definirlo desde ya.

En materia económica, la población necesita más y mejores puestos de trabajo y Guatemala tiene la gran oportunidad de seguir aprovechando el nearshoring, como una estrategia clara de atracción de inversión, a través de programas incluidos en iniciativas como Guatemala No Se Detiene, que tiene indicadores, metas, proyectos y equipos específicos para acelerar la inversión, aumentar la capacidad del Gobierno para invertir en infraestructura, generar mayor capital humano y certeza jurídica, así como aprovechar el turismo y la agroindustria a través de proyectos específicos que permitan aumentar la productividad, la formación bruta de capital fijo, las exportaciones y el número de empleos. Con sectores prioritarios identificados, acciones concretas en lo que se ha denominado el horizonte 1, lo que el Gobierno puede hacer desde el Ejecutivo y el horizonte 2 con cambios institucionales, algunos incluso que requieren cambios en el Congreso. Este programa con metas establecidas al año 2032, es una plataforma que se puede robustecer para que se convierta en un plan de Estado para las próximas administraciones del país.

Si bien tenemos brechas concretas en materia de salud, educación y seguridad, especialmente en el tema de extorsiones, también hay una sociedad civil, académica, política y un sector empresarial, dispuesto a apoyar desde diferentes espacios a que el país salga adelante, y esto es un activo que se debe seguir fortaleciendo, a través del diálogo y la concertación de todos los actores.