CON OTRA MIRADA

El placer de estar con los amigos

|

Los amigos son aquellas personas que desde distintas direcciones, condiciones y circunstancias aparecen y llegan a formar parte de nuestra vida; no importa si están cerca o lejos, pues siempre se cuenta con ellos. Destacan dentro de la infinidad de personas con las que nos relacionamos desde temprana edad que, a diferencia de la mayoría que anda en torno a los estudios, trabajo y actividades diarias, por raros destilatorios y complicados alambiques, de manera imperceptible se filtran y quedan para siempre.

' Por insólitos destilatorios y complicados alambiques, de manera imperceptible se filtran y quedan para siempre.

José María Magaña

En plena pandemia covid-19, la vida me regaló la oportunidad de presidir la junta directiva de mi colegio profesional. Oportunidad fraguada por cuatro diferentes grupos de jóvenes colegas, con intereses en común por aportar conocimiento y experiencia en beneficio del gremio, que vieron en mí capacidad para aglutinar las expectativas de un conglomerado mayoritariamente joven. Más allá de la experiencia en alcanzar los logros propuestos, conocer y generar amistad con nuevos colegas, fue una ganancia no prevista. Un vínculo concomitante con esa responsabilidad fue formar parte de la Asamblea de presidentes de los Colegios Profesionales, integrada por 14 colegas. A lo largo de dos años coincidí con profesionales de sólida formación y reconocidos valores éticos, morales y cívicos que nos permitió ejercer la responsabilidad ciudadana que dictan sus estatutos, manifestando públicamente nuestro parecer en los asuntos de la vida política y cultural de Guatemala.

Inmerso en esas dos esferas, recurrí a la vieja costumbre de compartir las experiencias culturales en las que suelo participar, con el afán de dar a conocer la riqueza artística que nuestro país ofrece; riqueza a la que en general pocos acceden, esencialmente por falta de estímulo. Por demás está decir lo agradable que fueron esas visitas y paseos, normalmente rematados frente a una mesa bien servida.

Con la sana intención de empezar el año con buen pie, alejándonos de la patética realidad política nacional, por iniciativa de un miembro del grupo, el sábado pasado tuvimos el privilegio de ser recibidos por el artista Waseem Syde, propietario de la galería Osmosis. Waseem, paquistaní por nacimiento y chapín por decisión propia, conoce la rica producción regional de las artes plásticas y maneja su galería con capacidad de gestión y análisis; visión que le permitió convocar a 87 artistas centroamericanos con 300 obras entre pintura, dibujo, escultura, fotografía y objetos de arte expuestos en nueve salas: diálogo multigeneracional entre maestros consagrados a jóvenes talentos, con voz propia y rigor en su expresión.

Más allá de la calidad de la obra expuesta, destaca la curaduría en su selección y montaje; criterio que hace del recorrido un sabroso paseo en el tiempo, el color, las texturas y diferentes temáticas abordadas, que el curador combinó, contrastó y equilibró con maestría. El recorrido llenó nuestro espíritu de energía y las pupilas de color, formas y texturas que permiten ver el mundo con otra mirada. Media hora más tarde, llegamos a casa de otros amigos, quienes, por preparar las deliciosas viandas que llenarían nuestros estómagos, no pudieron atender la visita; pero la invitación quedó abierta para hacer el recorrido, al que más de uno de nosotros se sumará para disfrutar de nuevo la belleza que solo el arte y los amigos ofrecen a todos los sentidos.

Sugiero concertar cita para disfrutar de una vista guiada: 3215 6739 / www.osmosis.com.gt en la que podrán constatar la sabiduría de Vincent Van Gogh al definir: “El arte tiene la función de consolar a los afligidos y afligir a los cómodos”.

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.