El viaje a Texas del mandatario es otro escalón más para impulsar su plan de construir el muro, después de su primer discurso a la nación el martes y abandonar una reunión con los demócratas el miércoles.
Trump quiere US$5 mil 700 millones para erigir un muro que considera necesario para detener una crisis de crímenes violentos causada por la inseguridad en la frontera sur. Los demócratas aseguran que el muro no resuelve los problemas de inmigración y critican que es solo una treta política para satisfacer a las bases de derechas del presidente.
“Simplemente van adonde no hay seguridad y ni siquiera puede conocerse la diferencia entre México y Estados Unidos”, dijo en una reunión con oficiales de patrulla fronteriza.
“Tienen a mujeres atadas, con cinta adhesiva en la boca, cinta eléctrica”. “Si tuviéramos una barrera de cualquier tipo, una barrera poderosa, ya sea de acero o de concreto… los detendríamos”, dijo Trump.
El mandatario ha presionado al Congreso al negarse a firmar el presupuesto del gobierno federal, lo que derivó en el conocido como “shutdown”, por el que cientos de miles de funcionarios, incluidos controladores aéreos y miembros de la Guardia Costera, no han cobrado su salario en tres semanas.
Trump ha martilleado la amenaza de que, si los demócratas no ceden, declarará la emergencia nacional para concederse a sí mismo el poder de saltarse el voto del Congreso.
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“Si no llegamos a un acuerdo, creo que me sorprendería” que no declare una emergencia nacional, afirmó.
Analistas advierten de que esta decisión de Trump sería impugnada en los tribunales por extralimitación presidencial, por lo que el proyecto del muro podría quedar bloqueado.
Sin embargo, este proceso le daría al presidente credibilidad política ante sus bases, ya que demostraría que hizo lo que pudo para construir el muro. En ese momento, Trump podría poner fin al cierre parcial del gobierno.
Un cierre prolongado del gobierno federal tendría “un efecto considerable” sobre la economía mundial, advirtió el jueves Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal estadounidense.
Antes de aterrizar en Texas, el mandatario aumentó la presión sobre los demócratas al anunciar a través de Twitter que debido a su “intransigencia” cancela su viaje al foro económico de Davos, que se celebra del 21 al 25 de enero.
¿Berrinche?
Trump, quien se regodea sobre sus habilidades para negociar debido a su pasado como magnate inmobiliario en Nueva York, no ha logrado que los demócratas claudiquen ante su exigencia de invertir los US$5 mil 700 millones en su proyecto.
En una reunión con los demócratas el viernes en la Casa Blanca, Trump les preguntó si darían luz verde al muro a cambio de poner fin al cierre gubernamental. Cuando le contestaron no, el presidente abandonó la sala. “Una pérdida de tiempo total”, tuiteó poco después.
Chuck Schumer, el líder demócrata en el Senado, dijo a periodistas que “golpeó la mesa” y “se levantó y se fue”.
“Vimos otra vez su berrinche porque no pudo salirse con la suya”, agregó.
“No golpeé la mesa. Eso es mentira”, se defendió el presidente.
Los 21 cuerpos encontrados en México
Algunos, a ambos lados del debate, discuten que la frontera plantea un desafío importante, sobre todo debido a las despiadadas pandillas mexicanas que traen drogas al enorme mercado estadounidense.
Yo no tengo berrinches, todas esas historias son mentira
Yo no tengo berrinches, todas esas historias son mentira
Donald Trump
Autoridades mexicanas informaron el jueves que habían encontrado 21 cadáveres tras el tiroteo de una pandilla en Miguel Alemán, una ciudad a unas 170 millas (270 kilómetros) al otro lado de la frontera de McAllen, Texas.
Sin embargo, los opositores a Trump dicen que está exagerando el peligro que esto representa a los estadounidenses -y la ayuda que aportarían más muros- para estimular la xenofobia en beneficio de sus propios logros políticos.
“La verdad es que un gran número (…) de personas que ingresan a nuestro país, que solicitan ingresar al país, no son delincuentes: son familias, niños, madres, que realmente piden protección”, dijo la hermana Norma Pimentel, jefa del Centro Católico de Respiración Humanitaria en McAllen, Texas.
“No vienen aquí para lastimarnos, sino para que los ayudemos”, agregó.
Yanira de Hernández, una migrante salvadoreña de 52 años que espera llegar a territorio estadounidense desde México, dijo que simplemente sueña con una vida mejor en un país basado en la inmigración.
“Todos tienen derecho a emigrar, a buscar un nuevo futuro. No vamos a cometer ningún delito. Esperamos que él (Trump) entienda eso y que Dios lo ayude a cambiar, porque sus ancestros también eran inmigrantes”, dijo.
From the Southern Border…. pic.twitter.com/Vgsf5nEZUH
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 10, 2019
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