Este año, 74 nacimientos fueron inscritos por medio de una plataforma en línea. De los postulados, el grupo de editores de este rotativo eligió a cinco, y entre estos los lectores votaron en línea por su favorito.
Así fue como se eligió a los tres nacimientos ganadores y el primer lugar fue para la familia Vela Pastor.
Familia Vela Pastor: “Queremos que no se pierda esta tradición”
“Estamos casados desde hace 21 años y desde el primer año hicimos nuestro propio nacimiento”, refiere Flor de María Pastor Lee de Vela.
Aunque sabían que Prensa Libre organiza este concurso, nunca habían participado, pero este año enviaron la foto y lo inscribieron con la descripción: “Entre pastores y reyes”, más con la idea de que la tradición no se pierda, afirma Flor de María, y agrega: “Venimos desde niños con esta tradición, solamente que antes el nacimiento se hacía debajo del árbol o iba en una esquina sobre el piso”.
Ella, Gustavo Vela Morales, su esposo, y sus hijos Gabriela y Ricardo son quienes participan en la elaboración del pesebre. Desde agosto comenzaron a prepararlo y es Gustavo quien lo diseña; cada año es distinto.
“Cada estructura que se realiza la hacemos juntos. Eso es muy importante para nosotros porque esta es una época muy especial, es de unión familiar. Tratamos que nuestros hijos aprendan para que luego lo puedan hacer a través de otras generaciones. Se comparte, hay alegría, mucho amor y todos aportamos un poco para el nacimiento”, afirma Pastor.
Las imágenes miden entre 10 y 25 centímetros, aproximadamente, y tienen casi 25 años de tenerlas. Lo que buscan es que todo vaya a escala, explica Pastor.
También buscan utilizar materiales reciclados como papel, plástico, duropor y madera.
La idea es que “no solo sea un nacimiento, sino que el Señor nazca en nuestros corazones y en nuestra familia”, dice.
“En esta Navidad quiero desearles a todos los guatemaltecos muchas bendiciones y paz en cada hogar, que el Niño Jesús nazca en sus corazones y en nuestras familias. Felices fiestas navideñas y continuemos con esta tradición, que es muy linda, especialmente en Antigua Guatemala, pues la mayoría de personas lo realizan, y aunque se hace en otros departamentos, acá es algo muy especial”, afirma Vela.
Familia Urrea Menéndez: “El nacimiento siempre se hace con mucha ilusión”
“El tema del nacimiento de este año es el mensaje según san Lucas, capítulo 2, donde los ángeles se presentan a los pastores y les cuentan que ha nacido el Mesías, el Salvador, y que tienen que buscarlo envuelto en pañales. Entonces, ellos corren a buscarlo y cuando lo encuentran se postran a adorar al Niño Dios”, expone el historiador del arte Roberto Urrea, al agregar que la tradición de hacer el nacimiento ha pasado de una generación a otra, desde sus abuelos, y él la ha continuado con sus sobrinos.
“Es muy alegre reunirnos para que nos ayuden los sobrinos en el nacimiento, en la decoración de la casa, para prepararnos, porque la Navidad es eso, celebrar el nacimiento de Jesús. Todo lo demás viene por añadidura”, dice Urrea.
“Este año los atuendos utilizados en el nacimiento rememorarán los trajes de los hebreos de aquel entonces. San José está ataviado como un talit hebreo genuino adaptado al tamaño de la imagen, y la santísima Virgen va todavía como hebrea”, afirma.
El ábside del templo que enmarca a los señores es una reproducción de la catedral románica de Monreale en Palermo, Sicilia, Italia, y está elaborada y pintada a mano, a base de resina.
Urrea añade que “sobre la estrella de David está la cruz de Jesucristo, porque Él vino a hacer nuevas todas las cosas y es con Él que llega una nueva alianza. Así que lo hebreo no es que haya pasado, pero la cruz de Jesucristo ha venido a dar sentido a la fe de los hebreos y el Jesús que se observa al fondo es Cristo pantocrátor, representante de Jesús todopoderoso”.
”El misterio vino a mí, lo adquirí hace alrededor de 12 años. Son imágenes muy antiguas, de mitad del siglo XIX y fueron restauradas. Pertenecieron a una familia guatemalteca que residía en la zona 2”, comenta.
Cada año agregan nuevos elementos al nacimiento. Esta vez estrenaron el árbol grande, y se estrenó el cortinaje y los trajes de los pastores. El año recién pasado se elaboraron unas ovejas talladas en cedro y pintadas a mano, y se adquirió el ángel.
Urrea aprovecha para agradecer a todos los artesanos que han colaborado con su nacimiento: Alexander Delgado, Marco Román, Lucrecia Ramírez, José María Gamarro y Edgar Rivero.
Familia Vásquez Aguilar: “Dios es el principal motivo de estas festividades”
”Esta es una tradición de más de 80 años, que comenzó con mi abuelo Juan Francisco Vásquez. Él nos heredó el Niño Dios, al que con mucho cariño preservamos. Y fue mi papá, José Luis Vásquez Echeverría, quien me inculcó seguir la tradición”, manifiesta Jorge Luis Vásquez.
“Yo vi a mi tío abuelo haciéndolo y permanece esa impresión de experimentar el amor que sentía por Dios, de hacer ese nacimiento (…) Me da mucha emoción y me sirve de gran inspiración”, expresa José Waldemar Vásquez, hijo de Jorge Luis.
“Somos una familia temerosa de Dios, amamos mucho a Dios y cada vez que plasmamos nosotros el nacimiento es un homenaje hacia Él, que nos da durante el año muchas cosas buenas, las cuales, con un poco de nuestro talento, queremos agradecer. Él nació y vino a morir por nosotros y siempre nos está esperando con los brazos abiertos”, agrega.
Jorge Luis expresa que no es necesario hacer un nacimiento muy grande, puede ser pequeño, pero lo importante es tener la representación en el hogar para recordar siempre a Dios, que es el principal motivo de estas fiestas.
Actividad familiar
Cada Navidad la familia Vásquez, que vive en la colonia Toledo, zona 11, hace un diseño diferente. Este año tiene un estilo romano y un poco del estilo romántico, refiere José Waldemar, al añadir que comenzaron en septiembre.
Esta es una actividad que involucra a toda la familia, puntualiza. “Mi abuelita es la que empieza con el bordado de flores, mi mamá se encarga de la compra de las telas y los utensilios que se van a utilizar, mi papá ve todo lo técnico —como la iluminación de la tarima—, mi hermano se encarga del pintado y empastado, y yo de toda la elaboración y el diseño”, añade.
La familia Vásquez comparte que todo el año mantiene al Niño Dios en un escaparate y tienen el cuidado de limpiarlo con brocha para que no se dañe el encarnado original y siempre se emplea aceite de linaza.
“Para nosotros es una emoción muy grande —el nacimiento—. Lo hacemos nosotros por el amor a Dios y ya cuando vienen a verlo y nos dicen ‘qué bonito está’, es un alegría adicional, que también nos satisface”, concluye Jorge Luis.