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Su constancia en esa disciplina lo ha llevado a convertirse en un boxeador exitoso y a poner en alto el nombre de Guatemala.
“Me llena de mucho orgullo el hecho de que un medio tan importante me designe como deportista destacado. Es algo que me da mucha emoción y me motiva a seguir adelante”, indica el boxeador, quien nació en Melchor de Mencos, pero que creció en San Benito, Petén.
Los últimos días de diciembre han sido aprovechados al máximo por el pugilista guatemalteco para compartir las fiestas de fin de año al lado de su familia. Esos momentos significan la más grata recompensa a un 2018 glorioso e inolvidable.
Año exigente
En la mente del atleta nacional todavía permanece fresco el recuerdo de una de las más memorables batallas de su carrera, en la que derrotó al campeón olímpico y mundial, el cubano Arlen López, en las pasadas justas de Barranquilla —categoría 75 kilogramos— y que lo llevó a ganar una medalla de oro histórica para Guatemala, luego de 68 años de sequía en ese deporte.
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Después de esa gesta lograda el 1 de agosto pasado, Martínez encuentra a final de año el momento perfecto para disfrutar de unas merecidas vacaciones, en las que además ha podido degustar tamales, ponche y comer todo tipo de carnes, que lo han llevado a romper la dieta.
Los guantes y la ropa deportiva lo acompañan a todas partes desde que tenía 12 años y empezó en el boxeo. Así se presentó la mañana del 27 de diciembre cuando concedió la entrevista con este medio, en las calles aledañas a 4 Grados Norte.
En medio de la tranquilidad del lugar, la música suave, las luces y arbolitos navideños, además de algunos clientes que disfrutan de un café, Martínez confiesa que el 2018 quedará como una huella indeleble en su vida.
“Aunque aún estoy de vacaciones siempre trato de mantener mi condición física. Creo que he subido un par de libras”, expresa mientras sonríe y observa a su novia Andrea, atleta de karate.
Después de la conquista de su más valiosa presea, Léster se enfoca desde ya en los retos del próximo año como los Panamericanos de Lima. Además adopta una actitud más seria y con mayor responsabilidad. Aunque cataloga el 2018 como uno año reconfortante por los logros obtenidos, indica que no debe bajar los brazos ni olvidar sus inicios ni sus raíces.
“‘Dale hijo. Dale con todo’, me dijo una vez mi papá —Hermelindo—. ‘Aprovechá las oportunidades que yo no tuve’”, comenta el atleta, al asegurar que cada día es lo que trata de hacer.
Agrega que la clave para vencer a sus rivales ha sido el apoyo de su familia. “Para mí eso es determinante. Cuando mis padres me dicen que no me rinda, es algo que me llena de motivación. ‘Si pierdes o ganas para nosotros ya sos un campeón’. Esas palabras me alientan para encarar cada combate. La constancia, la disciplina y la salud que Dios me da también son primordiales en mi carrera”, expresa Martínez.
Indica que los golpes recibidos este año dentro del ring lo han hecho más fuerte y más maduro. “Tuve un año de muy bonitas experiencias que quedarán marcadas en mi vida. Son triunfos que podré contar en el futuro a muchas personas”, comenta.
Sueños sin límites
Martínez refiere que pugilistas como el estadounidense Floyd Joy Mayweather Jr. y el filipino Manny Pacquiao son dos de los peleadores en quienes se ha fijado desde pequeño y que lo inspiran a triunfar en el cuadrilátero.
Por ahora, el boxeador petenero compite como amateur, pero sueña con practicar el deporte a nivel profesional. Otra de sus metas es la de representar al país en los juegos olímpicos de Tokio 2020.
“Quisiera dar el salto para competir a nivel profesional y primeramente Dios así será. Sé que acá en Guatemala es difícil. Para ello es necesario que venga un cazatalento y lo descubra a uno. Cuesta bastante dar ese paso, pero lucho cada día por ello”, comenta Martínez.
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