Escenario

Conozca a Concha, la abuela dibujante que arrasa en Instagram y conquista a Disney

Con 88 años y más de 157 mil seguidores en Instagram gracias a sus paisajes, animales y rincones urbanos dibujados con un programa básico de ordenador, la española Concha García Zaera ha conquistado a Disney, que la ha encargado que difunda en redes sociales su visión de la nueva Mary Poppins.

Concha tiene 88 años y más de 156 mil seguidores en Instagram. (Foto Prensa Libre: EFE)

Concha tiene 88 años y más de 156 mil seguidores en Instagram. (Foto Prensa Libre: EFE)

Concha, @conchagzaera para sus seguidores, nació en Valencia (este de España) en 1930 y el domingo último, subió su particular interpretación en Paint del cartel de la película Mary Poppins Returns, “una obra de arte prácticamente perfecta en todo”, según Disney España, y que ya supera los 24 mil “me gusta” en la cuenta de esta “instagrammer” octogenaria.

“Es un personaje que siempre me ha encantado”, asegura esta artista digital, que espera con ganas el estreno este viernes de la película -al que ha sido invitada por Disney- y asegura que la propuesta de la compañía le supuso un verdadero “reto” porque nunca había dibujado rostros.

Durante varias semanas retocó el dibujo de la famosa niñera hasta que estuvo “satisfecha”, con especial dificultad en el sombrero y el pelo del personaje que en esta ocasión encarna Emily Blunt.

“No tengo nada de imaginación”, confiesa, aunque se le da muy bien copiar y la inspiración le viene de cualquier sitio, la bolsa de una farmacia o de cualquier tienda, un cuadro en un escaparate, una postal, una caja de un juego o dibujos de una revista.


Reconoce que va “cazando” y “robando” imágenes porque cuando ve algo que le gusta, le hace una foto y luego la imprime, la cuadricula y la copia en su ordenador.

Esa facilidad para copiar le ha permitido dibujar pájaros, ciervos, peces o gatos, pero también faros, la playa valenciana de El Saler, la isla griega de Santorini o rincones andaluces, de China o de su ciudad natal, como el puente de la Trinidad, el Mercado Central, la Lonja o la Catedral.

Especial cariño le tiene a dibujos en los que se ve la imagen del pueblo de su abuela, Vall de Almonacid, en la Sierra de Espadán (Castellón, este), donde ha pasado todos sus veranos y alguno de los cuales roza los 54 mil “me gusta”.


También le gusta mucho uno de Valencia en el que se ve la Lonja y el Mercado Central (supera los 50 mil “likes”) o la imagen de una ventana que, dice, le atrapa por su “realismo” con las sombras y las luces que tiene.

 

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Quería daros las gracias a todos por la forma tan maravillosa que me habéis recibido y me hacéis muy feliz con vuestros comentarios, sois un encanto.

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Recuerda como “costoso” el que ha llamado “Lisboa” y que copia una postal que su hija le trajo de la capital portuguesa con el tranvía y con “muchos balconcitos, casas y macetas”, y se ríe cuando enseña el dibujo “Fallera”, una versión “inventada” por ella de la Estatua de la Libertad vestida con el traje típico de la mujer valenciana.

Su afición a dibujar la tiene “de toda la vida” pero en general siempre lo hacía con lapiceros en un bloc, pero hace más de una década empezó a ir a la Universidad Popular y se aficionó a pintar al óleo hasta que su marido cayó enfermo y lo dejó para cuidarle.

“En casa me aburría soberanamente y como me quejaba mis hijos me compraron un ordenador”, recuerda, aunque resalta que no era para dibujar, sino que lo usaba para escribir sus memorias, llevar la contabilidad de la casa y para sus estudios de Cultura General.

Pero un día, relata, se le “ocurrió” dibujar una casita y unas nubes, “una tontería” que le atrajo mucho y al día siguiente lo mejoró con otros detalles y le dedicó tiempo y se aficionó: “Y hasta hoy”.

Sostiene que para dibujar en Paint hace falta “paciencia, mucha afición y disfrutar haciéndolo” y apostilla: “Y guardar muy a menudo porque a veces, después de días con un dibujo, se me ha borrado”.

Resta valor a lo que hace porque es algo con lo que disfruta y le gusta, pero la insistencia de sus nietas para que los compartiera le llevó a crear una cuenta en Instagram que, en apenas catorce meses, supera los 157 mil seguidores y que ella misma gestiona, subiendo sus dibujos y contestando a todos los que alaban sus creaciones.

Explica que se “asustó mucho” cuando su cuenta empezó a subir sin freno y cada día le llegaban “miles de mensajes”, pero ahora asegura que conoce a casi todos sus seguidores por su nombre de usuario y que trata de responder a todos.

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