Se le consultó sobre las manifestaciones, protestas y bloqueos de carreteras que varios sectores han realizado para pedir la renuncia de la jefa del Ministerio Público, Consuelo Porras y otros funcionrios a quienes señalan de atentar contra la integridad del proceso electoral y sobre el riesgo que existía de que Bernardo Arevalo, presidente electo, no pueda asumir la Presidencia el 14 de enero.
“Ojalá y se logre una reconciliación y, si existen diferencias, que se diriman, que se resuelvan de manera pacífica, que dejen a Bernardo gobernar, va a hacer cosas muy buenas en beneficio del pueblo”, respondió el gobernante mexicano ante la pregunta de del periodista guatemalteco en su rueda de prensa diaria.
Las palabras de López Obrador ocurren en medio de la crisis política que vive Guatemala desde julio, cuando el Ministerio Público empezó a interferir en los resultados de los comicios y decomisó cajas con votos, pese a que la ley guatemalteca no lo permite.
EN ESTE MOMENTO
Durante los primeros 21 días de octubre, manifestantes tomaron más de 100 carreteras en el país para exigir la renuncia de la fiscal general Consuelo Porras, mientras que el actual presidente, Alejandro Giammattei, se limitó a señalar que la ley le prohíbe pedir que dimita del cargo.
Cuestionado por este contexto, el presidente de México “pidió que se respete la voluntad del pueblo de Guatemala, del pueblo hermano vecino de Guatemala. Ya hubo una elección democrática, el pueblo eligió a Bernardo Arévalo, es un hombre íntegro, responsable, honesto”.
El diputado Samuel Pérez, integrante del Movimiento Semilla, de Arévalo, denunció el lunes en una entrevista con EFE que el presidente Giammattei “está detrás de los intentos golpistas” para evitar que Arévalo tome posesión el 14 de enero.
Hay resistencia y oposición
Sin referirse a estas declaraciones en concreto, López Obrador opinó que, ante el ascenso de Arévalo, “hay resistencias, hay oposición, porque quieren seguir con la corrupción en Guatemala y eso no ayuda”.
La relación de México con Guatemala ha cobrado relevancia por el flujo migratorio sin precedentes que atraviesa la región, con hasta 6.000 migrantes diarios que llegan a la frontera entre ambos países, según datos de López Obrador.
Giammattei ha sido más renuente que otros mandatarios centroamericanos a implementar los programas sociales de López Obrador para mitigar la migración.
Incluso, llamó la atención la ausencia de Guatemala a la cumbre migratoria que convocó el presidente de México el 22 de octubre en el estado Chiapas con una decena de países de Latinoamérica.
El gobernante mexicano ofreció ahora a Arévalo “trabajar juntos”.
“Va a haber cooperación para el desarrollo de nuestros pueblos, tenemos muchas cosas en común, somos pueblos que heredamos la gran reserva de valores culturales, morales, espirituales, que nos dejó la gran civilización maya”, comentó.