El pasado 18 de octubre, después de 17 días seguidos de bloqueos de carretera y manifestaciones en contra de funcionarios del sector justicia, Arévalo convocó a un diálogo con distintos sectores para tratar de hallar una salida a la crisis política que atraviesa Guatemala.
Sin embargo, la información acerca de este proceso ha sido escasa. Un día después de la convocatoria se llevó desarrollo la primera cita en la que se supo, participaron autoridades electas, el sector empresarial y líderes indígenas, con la mediación del cardenal Álvaro Ramazzini.
Al final, apenas dos personas se atrevieron a hablar con la condición de no decir sus nombres. Incluso, Ramazzini no quiso hacer comentarios.
El martes de esta semana se celebró una segunda reunión, de la cual el equipo de comunicación del gobierno electo se limitó a informar que los participantes coinciden en que el objetivo común de “tomar medidas pragmáticas que garanticen la protección de la democracia del país”.
Además, dio a conocer que el proceso de diálogo será a corto y largo plazo y que se busca que los sectores participantes “encuentren puntos de convergencia”.
Problemas
Se ignora si hay algún acuerdo para no divulgar los puntos que se aborden en las reuniones a donde tampoco ha tenido acceso la prensa. Personas allegadas a estas citas han comentado que las organizaciones ancestrales podrían tener problemas con sus bases a raíz de haberse sentado a dialogar con el sector privado organizado.
Por otro lado, tampoco se sabe cómo podrían afectar al proceso los bloqueos de carreteras ya que el mismo día de la segunda reunión miembros de la Alcaldía Indígena Sololá taparon varios puntos sobre la ruta Interamericana, algo que rechaza tajantemente el sector empresarial. Los bloqueos siguieron el miércoles.
Además, se sabe que en las reuniones ha participado los 48 cantones de Totonicapán, pero no si lo hacen otras organizaciones ancestrales o si se piensa integrarlos.
Análisis
El analista y excomisionado Presidencial de Desarrollo Rural, Adrián Zapata, calificó de “histórico e inédito” el que se haya sentado a la mesa de diálogo el sector empresarial y el indígena ya que representan “las dos realidades de Guatemala”.
“Estos dos actores son fundamentales, y a los acuerdos a los que lleguen deberían adherirse otros actores, como el movimiento campesino, medianos empresarios, académicos, universitarios y sindicales”, subrayó.
A decir del analista, si bien los pueblos ancestrales pueden manifestarse a través de medidas de hecho que no son bien vista por el sector empresarial, es de rescatar que lo importante es que hay coincidencia en que se debe defender la democracia liberal representativa, a pesar de que esta no ha funcionado para los sectores indígenas.
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Esta coincidencia en el interés por defender la democracia puede tender puentes “para construir una sola Guatemala”, precisó Zapata. Aunque probablemente no se logre el objetivo de que renuncien los cuatro funcionaros del sector justicia que son señalados, sí se puede alcanzar que se produzca el cambio de mando a las autoridades electas y con ello que sobreviva la república democrática, resaltó.
Otros analistas creen que, si el objetivo de proteger la democracia, es importante construir un espacio de diálogo representativo de la sociedad que permita construir un respaldo político por si llega a estallar otra crisis antes del 14 de enero.
“Tienen que haber compromisos de respaldo político”, apuntó el analista Álvaro Pop, quien subrayó que el reto del diálogo es alcanzar suficiente fuerza social para enfrentar cualquier ataque a la democracia, e identificar con claridad con qué acciones se le va a defender, y quién o quiénes son las fuerzas que la atacan.
“Las acciones de los 48 cantones fueron con propósitos claros, con acciones de cara al sol y socialmente aceptadas y con un planteamiento casi consensuado a nivel nacional”, recordó Pop.
El politólogo Werner Castillo añadió que el proceso de diálogo “puede arrojar efectos positivos, pero esto dependerá de la voluntad de las partes”, ya que los sectores involucrados deben estar dispuestos a ceder algo para pasar de las posiciones a las acciones y lograr así que se concrete el relevo de mando a las autoridades electas ya certificadas por el Tribunal Supremo Electoral.
Bloqueos
Los analistas también se refirieron a los bloqueos que autoridades ancestrales de Sololá protagonizaron esta semana, pese a que ya habían comenzado las reuniones del diálogo convocado por Arévalo, y dijeron que es necesario entender que las organizaciones ancestrales no tienen un liderazgo que hable por todos, sino que responden a los habitantes de sus territorios.
Así se entiende que, los bloqueos en carrera se produjeron por autoridades indígenas de Sololá, aunque los 48 cantones habían desistido de hacerlo. “En estos liderazgos no esperamos que haya una cúpula de dirigencia indígena que decida por todos”, enfatizó Zapata.
Sin embargo, dijo esperar que las organizaciones ancestrales que adoptan tal medida sean flexibles “para afectar lo menos posible a otros actores sociales”.
Pop agregó que “los bloqueos no deberían dividir —al diálogo—, sino complementarlo”, y coincidió en que las autoridades indígenas no forman una estructura nacional, sino que tiene distintas expresiones en todo el país.
“Por eso las recomendaciones, resoluciones y resultados del diálogo tienen que ser satisfactorios para todos”, subrayó, ya que de lo contrario es probable que se produzcan más bloqueos.
Castillo advirtió que estas medidas de hecho podrían aumentar “en la medida que no se escuchen las demandas de las autoridades ancestrales” lo que “nos llevaría a otro cierre nacional”.