REGISTRO AKÁSICO

La espera, desespera

|

¿Quién gana con el desorden y hasta un posible rompimiento constitucional? No es una pregunta ociosa, ni frivolidad cínica. Se busca indicar una serie de repugnantes motivaciones destinadas a romper la institucionalidad del país.

' En un pulso por la democracia, se gana si prevalecen los proyectos cívicos y se controla el desorden.

Antonio Mosquera Aguilar

No es la primera vez que se anarquiza una sociedad para impedir la migración irregular. En 1991, cuando existía un constante viaje de migrantes haitianos hacia los EUA, conocidos como los Boat People, ganó Jean Bertrand Aristide las elecciones; pero el General Raoul Cedrás, dio un golpe de Estado bajo excusa de impedir una dictadura de izquierda. El Presidente Bush descalificó al General llamándolo inusual, a pesar de su adhesión a la política de la derecha de EUA. Luego en 1994, Bill Clinton con el nombre de Operación Restauración de la Democracia, invadió Haití e impuso a Aristide. Este fue Presidente en 1991, repuesto en 1994 a 1996, y otra vez en 2001 a 2004. La última vez, cuando fue destituido, alegó haber sido secuestrado por el ejército de EUA, para el efecto. El régimen político se arruinó, el desorden y bandas de matones, han reorientado la emigración. Los barcos se dirigen hacia las costas de Panamá, Costa Rica y Colombia, Islas Caicos y las Bahamas; de allí, mafias los redirigen hacia terceros países como EUA. No obstante, se han diversificado los destinos: en 2021, los migrantes hacia Brasil fueron 143 mil y hacia Chile 175 mil. Se les emplea en labores de albañilería, sin garantías laborales. En suma, la pérdida del orden público, es un medio de control migratorio.

Resulta barato, convertir a un país en intransitable por el desorden y el crimen. Se necesita: 1. Pequeños pagos a líderes autoritarios capaces de formar piquetes para impedir el libre tránsito, impulsar huelgas salvajes y choques con agentes del orden público; 2. Baja profesionalización de la seguridad. Un ejército involucrado en luchas de liderazgo para obtener control de áreas donde se obtienen ingresos de giros negros; y, una policía desubicada, encargada de pequeños negocios de importación, protección a bares o prostíbulos, exacción ilegal a la clase media por faltas leves e incapaz de controlar pandillas extorsivas y el contrabando; 3. Tribunales, fiscales y autoridades de persecución penal, desorientados pues prefieren participar en política y no, en ofrecer seguridad a la población, frente a la delincuencia y crimen organizado.

Por la falta de liderazgo presidencial, nuestro país se encuentra en un momento muy difícil, expuesto a los factores mencionados. Después del resultado electoral, no es adecuada la espera por tantos meses. Las autoridades salientes, saben de la finalización de sus cargos; por lo tanto, tratan de no asumir responsabilidades y pasar inadvertidos. Las autoridades entrantes, salvo quienes resultaron reelegidos, carecen de convocatoria responsable. Debido a la atomización de 30 partidos, el ganador tiene una exigua militancia. Por esa razón, muchas agrupaciones muy variadas, desde personalidades religiosas, como la monja organizadora de bloqueos, el pastor con mítines en las plazas municipales, oenegeros promoviendo discursos delirantes en plataformas digitales, comunicadores sociales deseosos de volver a ser integrados a la red bajo control y subsidio gubernamental, se subrogan en las facultades de las autoridades electas.

El futuro del país no depende de habilidad política sino de conformar al cuadro de futuros funcionarios. El problema consiste en la falta de nombramiento efectivo, pues se duda de las promesas y no hay honorarios, por largos meses. ¡Ojalá, la espera no los consuma!

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.