CATALEJO
Se abre la puerta a ahondar la crisis
La Corte de Constitucionalidad, al decidir la suspensión definitiva del partido Semilla, llevó a la agitada situación política guatemalteca a una magnitud sin precedentes en cualquier país con un sistema democrático aunque sea medianamente eficiente. Ocurrió el mismo día de la promesa de Giammattei ante la sede de la asamblea general de la ONU de entregar el cargo al ganador de las elecciones, con el curioso factor de no haber mencionado al ganador, como lo hizo en dos ocasiones al Secretario General de la OEA. El problema verdadero y terrible es el evidente fin de la época de democracia electoral iniciada hace 38 años, en 1984, a lo cual se agrega la actitud arrogante de quienes simplemente manejaron las leyes a su antojo cuando el resultado electoral no les agradó.
' En este momento es imposible predecir los efectos del ahondamiento de la peor crisis política de la historia guatemalteca.
Mario Antonio Sandoval
Guatemala se convertirá muy pronto en un país paria, abandonado a su suerte y enfrentado a toda la comunidad internacional, cuyas posibilidades de causar efectos políticos y económicos es inmensa, aunque por ceguera no haya voluntad de verla. Todo es resultado de un proceso progresivo, iniciado desde el gobierno de la UNE, o más bien de Sandra Torres, cuya terquedad por participar y ahora su negativa a aceptar el resultado oficial declarado por el Tribunal Supremo Electoral. Los siguientes pasos fueron aprovechar el antivoto de ella para lograr el voto en contra y así llevar a la presidencia a los dos peores presidentes de la historia guatemalteca, Morales y Giammattei. La burla a las principales instituciones internacionales es una afrenta hacia afuera y adentro del país.
En su discurso, Giammattei se quejó en la ONU por las “acciones de injerencia internacional innecesarias” (es decir, algunas sí lo son) en las elecciones de junio y de agosto. Y así como a los pocos minutos de haber hablado en la OEA el Ministerio Público invadió la bodega y secuestró las boletas de la elección, esta vez a pocos minutos del discurso en la ONU, la CC anunció la eliminación del partido ganador de la elección. Mientras, el Ministerio Público de Consuelo Porras, Curruchiche y otros leguleyos permanecen en sus puestos, con el beneplácito de dos tipos de personas: unos se benefician política o económicamente y otros no tienen capacidad de ver las nubes de tormenta. Esto, como dijo el Francés Fouché, no es un crimen, sino una estupidez.
Es imposible predecir los acontecimientos en el futuro inmediato, mediato y a largo plazo. En Guatemala ya hay anuncios preocupantes, porque pueden desembocar en violencia generalizada. Codeca ya anunció su plan de paralizar el país. Gilder Guzmán, quien no tiene la apariencia de campesino guatemalteco, dijo abiertamente al periodista Fernando del Rincón, de CNN, con frases lacónicas, cortantes, ese plan de paralizar a la nación. Me di cuenta de su plena conciencia de los efectos para el país entero, desde la interrupción del paso por 19 puntos estratégicos de las carreteras, hasta el aeropuerto internacional La Aurora. Por su parte, los 48 cantones de Totonicapán hicieron un anuncio parecido, menos directo, pero está allí.
Preocupa sobre todo las reacciones de los países relacionados con Guatemala. Los efectos de estas alcanzarán a todos los guatemaltecos, de hecho ya sumergidos en una dictadura. Habrá millones de víctimas inocentes, sobre todo entre los guatemaltecos cuyos ingresos dependen de su trabajo personal o de empresas pequeñas o medianas. Con una gran posibilidad de fracasar, el sector privado —sobre todo— deberá utilizar su influencia hacia afuera y adentro del país. El objetivo es evitar la violencia, pues solo se sabe cómo y cuándo comienza, pero no hasta dónde llegará. El factor ideológico pasó a segundo plano. La batalla estará centrada en eliminar la inconmensurable corrupción.