Sin embargo, este accesorio también requiere tener precauciones a la hora de usarlo. El proveedor alemán de certificación y servicios técnicos TÜV aconseja a quien posea una batería externa portátil no dejarla caer, ya que, si se producen cortocircuitos en las celdas de la batería, la batería puede sobrecalentarse e incendiarse.
Los dispositivos dañados se reconocen por las carcasas hinchadas o deformadas, o bien por puntos de fusión o piezas metálicas decoloradas. En estos casos, las baterías deben desecharse inmediatamente de forma adecuada, por ejemplo, en un centro de reciclaje.
Por razones de seguridad, durante los viajes en avión, las baterías solo pueden transportarse en el equipaje de mano. El número y la capacidad permitidos pueden variar de una compañía aérea a otra.
Lo mejor es consultar previamente la página web de la aerolínea o preguntar allí. De acuerdo con las normas de seguridad, nunca está permitido cargar una batería externa a bordo de un avión.
Al comprarla
Si se está a punto de adquirir una nueva batería portátil, se recomienda asegurarse de que el voltaje de salida de la misma coincida con el voltaje de funcionamiento de los dispositivos que se quieran cargar durante el viaje.
Según TÜV, las “power banks” modernas suelen ofrecer también un modo de carga inteligente que adapta de forma óptima los procesos de carga de los distintos dispositivos.
Y también merece la pena prestar atención a la práctica característica de poder cargar dispositivos en la batería externa mientras esta se está cargando (función “pass through”).