Pero según Guillermo Söhnlein, cofundador de la compañía junto al estadounidense Stockton Rush, quien murió en el accidente, este último “estaba extremadamente comprometido con la seguridad”, aseguró en declaraciones este viernes 23 a la emisora británica Times Radio.
“Atenuar riesgos fue una parte clave de la cultura de la empresa” dijo Söhnlein, nacido en Argentina, quien dejó la compañía en 2013. También recordó que el propio Cameron había visitado los restos del naufragio muchas veces para producir su película de 1997, un éxito internacional.
Los familiares de dos de las víctimas, el empresario Shahzada Dawood, de 48 años, y su hijo Suleman, de 19, con doble nacionalidad pakistaní y británica, expresaron su “profundo dolor”. Ambos formaban parte de la familia que fundó uno de los imperios industriales más exitosos de Pakistán.
Por su parte, la familia del empresario y magnate de la aviación Hamish Harding, de 58 años, otro de los fallecidos, rindió un homenaje a un “explorador apasionado”, así como un “esposo amoroso y padre dedicado a sus dos hijos”.
La guardia costera de Estados Unidos y OceanGate Expeditions anunciaron el jueves 22 de junio que los pasajeros del sumergible perdido desde el domingo 18 habían muerto en la “implosión catastrófica” de la nave.
Además de Shahzada Dawood y su hijo, de Hamish Harding y del estadounidense Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, también falleció el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet, de 77 años, apodado “Mr.Titanic”.
“Estimamos que nuestro jefe Stockton Rush, Shahzada Dawood y su hijo Suleman, Hamish Harding y Paul-Henri Nargeolet desafortunadamente están muertos”, lamentó OceanGate en un comunicado, tras cuatro días de búsqueda que cautivaron al mundo.
El “campo de restos” hallado por los robots de búsqueda cerca del mítico Titanic, a casi 4 mil metros de fondo, “son consistentes con una implosión” del sumergible, anunció a su vez el contraalmirante del servicio de Guardacostas estadounidense John Mauger.
También dijo que la causa del accidente fue una “pérdida catastrófica de presión” en la nave, durante una rueda de prensa en Boston.
Tan pronto como se conoció el desenlace, el Wall Street Journal reveló el jueves 22 que la Marina de Estados Unidos había detectado el domingo 18, poco después de la pérdida de contacto con la nave, una señal que indicaba la probable implosión del sumergible.
Verdaderos exploradores
“Estos hombres eran verdaderos exploradores que compartían un marcado espíritu aventurero y una profunda pasión por explorar y proteger los océanos del mundo”, dijo en un comunicado OceanGate, al lamentar la muerte de los tripulantes.
El contralmirante estadounidense Mauger presentó sus “sinceras condolencias” a las familias de los desaparecidos.
Desde el Reino Unido, el ministro de Asuntos Exteriores, James Cleverly, lamentó en Twitter la “trágica noticia” y manifestó su “apoyo” a las familias y sus “profundas condolencias” de parte del gobierno.
Estados Unidos y Canadá desplegaron hasta la mañana del jueves grandes recursos, incluyendo aviones C-130, P3 y naves dotadas de robots submarinos, para continuar la búsqueda frente a sus costas, donde se encontraba el “Polar Prince”, el barco nodriza del sumergible de turismo.
La zona de búsqueda en la superficie se extendió por más de 20 mil km2.
Posibles negligencias
El sumergible Titán, de 6.5 metros de eslora, se sumergió el domingo 18, pero perdió comunicación menos de dos horas después de haber iniciado la inmersión turística. Tenía una autonomía teórica de 96 horas de oxígeno.
En medio de las búsquedas durante la semana surgieron informaciones que comprometían a Oceangate sobre posibles negligencias técnicas del sumergible.
Una demanda civil en Estados Unidos en 2018 muestra que un exdirectivo de la empresa, David Lochridge, fue despedido luego de expresar serias dudas sobre la seguridad del Titán.
OceanGate, que fabricó y operaba el sumergible, y que cobraba US$250 mil (Q1 millón 960 mil) por plaza, llevó a turistas a los restos del Titanic, cuyo hundimiento dejó cerca de mil 500 muertos, una de las grandes catástrofes marítimas de la historia.
Tras la tragedia, la organización Titanic International, que vela por preservar la historia del mítico trasatlántico, pidió el fin de las expediciones turísticas.
“Es hora de considerar seriamente si los viajes humanos al naufragio del Titanic deberían terminar en nombre de la seguridad”, dijo en una publicación de Facebook, abogando por “vehículos submarinos autónomos”.
Sus restos, a casi 600 kms de tierra firme, se han convertido desde que fueron descubiertos en 1985 en lugar de ensoñación para aventureros y ricos turistas intrépidos.