Entre estas, el fin del Título 42 y la reciente decisión de una corte de apelaciones de respaldar a un juez federal de Florida que prohibió la liberación de migrantes que potencialmente puedan clasificar a asilo.
A esto se suman las condiciones socioeconómicas en los países expulsores que no mejoran luego de la pandemia. Solo de Guatemala entre octubre de 2022 y abril pasado han sido detenidas en la frontera sur de EE. UU., 96 mil 724 guatemaltecos, dentro de ellos 29 mil 720 mil menores de edad no acompañados y 11 mil 875 unidades familiares.
Las detenciones en la frontera sur, por ahora, han disminuido luego de finalizar el Título 42 —una norma sanitaria que permitía la expulsión inmediata de migrantes a México—. El departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. resalta una baja de hasta el 70% de las capturas.
Pero analistas dudan de que estas cifras se sostengan con el tiempo y no descartan la posibilidad de una crisis.
El pasado 6 de junio la corte de apelaciones del Undécimo Circuito, en Atlanta, Georgia, respaldo una resolución que había emitido el 11 de mayo el juez de Florida Kent Wetherell, según la cual la política de captura y liberación de migrantes violaba la ley federal.
Ahora, aquellos que lleguen y se entreguen a las autoridades o sean detenidos por la Patrulla Fronteriza e inicien un proceso de asilo deberán permanecer en los centros de procesamiento.
Antes de que Donald Trump se convirtiera en presidente de EE. UU. a los solicitantes de asilo se les permitía ingresar al país en lo que se tramitaban sus solicitudes. Esta práctica llamada “captura y liberación”, es la principal crítica de los republicanos hacia la administración de Joe Biden, que pretendía retomarla al concluir el Título 42.
De hecho, al finalizar dicha norma sanitaria, según documentos presentados en la corte, el Gobierno emitió una directriz que ordenaba a las autoridades migratorias permitir la liberación de algunos migrantes, debido a que era necesario evitar el hacinamiento en las instalaciones destinadas para su procesamiento.
¿Habrá crisis en la frontera sur?
Esta prohibición de liberar a ciertos solicitantes de asilo es una de las razones que podrían generar un caos en la frontera sur. Pero no la única.
A consideración de Ariel Ruiz Soto, analista del Instituto de Políticas Migratorias de EE. UU. (MPI, en inglés), el fin del Título 42 ha repercutido en un descenso importante de la migración irregular ya que las detenciones en la frontera sur han pasado de 10 mil a tres mil al día.
Sin embargo, considera que es muy temprano “cantar victoria” puesto que la migración seguirá, ya que se encuentra en una especie de pausa debido a que muchas personas intentan informarse de los cambios en la política migratoria.
Transcurrido un tiempo es probable que los números vuelvan a crecer, cuando los migrantes se enteren de las complicaciones para aplicar a las vías legales para migrar, cuando se frustren con la aplicación de CBP-1 —única vía para acceder a citas para obtener asilo— y cuando México y los países centroamericanos no puedan contener la migración.
Ruiz Soto enfatizó en que los albergues en la frontera sur, del lado mexicano, siguen saturados, y aunque no cree que se llegue en los próximos meses a las 10 mil detenciones al día, estima que el número en los momentos más álgidos podría llegar a siete mil.
“No creo que la administración Biden deje ocurrir un nivel tan alto —de migración— sin pedirle a los países hacer más para reducir los flujos”, subrayó el analista. Puntualmente pedirá a estas naciones abrir más canales para la migración regular o respaldar iniciativas como las Oficinas de Movilidad Segura, que empezó en Guatemala este lunes 12 de junio, y reforzar las medidas de contención.
“Los países por sí mismos ya están haciendo más para controlar la migración. Guatemala, años atrás ha asumido un rol más importante en el control migratorio, México desplegó a la Guardia Nacional, lo cual no es poco, y pienso que van a seguir así”, explicó Ruiz Soto.
Migración está en pausa
Para Tekandi Panigua, excónsul de Guatemala en Del Río, Texas, y Los Ángeles, California, debido a intereses políticos, los republicanos no están dispuestos a que disminuya la presión en la frontera sur, lo que explica las acciones legales en contra de la política de captura y liberación.
A la vez de recordar que el juez Wetherell fue nominado por Trump, indicó que conforme se acerquen las elecciones primarias en EE. UU. las acciones para provocar una crisis en la frontera sur van a aumentar porque los republicanos “quieren dejar en claro que Biden no pudo manejar la migración, y tratarán de hacer lo imposible para hacerlo ver”.
Ruiz Soto recordó que la práctica de captura y liberación no solo beneficia a los migrantes, sino también a las autoridades fronterizas ya que evita la saturación de los centros de procesamiento y las consecuencias negativas que eso conlleva.
Paniagua estima que la eventual crisis no se producirá por la acción legal que impide la liberación de solicitantes de refugio porque apenas son un porcentaje pequeño de las personas que ahora son admitidas con un caso de asilo y se les permite ingresar a EE. UU. a esperar su proceso, el resto serán deportados.
Considera que al haber cambios en las políticas migratorias se da un descenso “natural” de la migración puesto que las bandas de tráfico de personas se toman un tiempo para analizar los escenarios sobre los cuales actuar con el cambio de leyes.
“La crisis humanitaria se va a venir cuando termine esta pausa natural, que será en los próximos meses”, vaticinó el excónsul, cuando ocurran más muertes de migrantes, rescates y se conozcan noticias de hacinamiento en los centros de detención.
Cuestión política
El analista del MPI explicó que cuando los números de detenciones en la frontera sur aumenten la migración volverá a tener un papel preponderante en EE. UU. Ruiz Soto explicó que la política migratoria en aquel país suele funcionar por ciclos que se repiten cada dos o cuatro años y “aun cuando la migración está baja, siempre toma importancia el tema porque divide mucho a la población”.
“En tanto nos acerquemos más y más a noviembre del año entrante veremos más que los dos partidos retomarán el tema para generar apoyo de sus bases”, enfatizó el especialista. Aunque los números de detenciones en el sur sean altos o bajos “siempre habrá acusaciones entre ambos partidos”, añadió.
Campaña
Fernando Castro, consultor en temas migratorios, considera que las autoridades guatemaltecas deberían implementar una campaña de información para dar a conocer que quienes viaje de manera irregular a EE. UU. a pedir asilo serán retenidos en los centros de procesamiento.
No obstante, Paniagua afirma que los migrantes guatemaltecos serán rápidamente deportados y pocos podrían optar a un programa humanitario porque carecen de fundamentos sólidos para pedir asilo.
De 100 personas que migran de manera irregular, 95 lo hacen por razones por las cuales EE. UU. no les puede dar protección, calcula el excónsul, como la pobreza, emergencias climáticas o violencia común.