CABLE A TIERRA
Sus candidatos o ninguno
La farsa electoral es evidente y cada vez más descarada. Claramente, les importan un rábano las formas, ¡y de principios, ni que hablar! El Tribunal Lacayo Electoral está en lo más profundo del lodazal, operando abiertamente para sacar del camino candidaturas que identifican como “amenazas” a la continuidad de la alianza criminal que se ha fraguado del 2016 para acá y cuya estructura de poder ha tomado control total del Estado. Sí, mantienen en la contienda a algunos partidos que no están con ellos, porque no los ven como una amenaza real a la hora de capitalizar votos, pero que les son útiles como fachada para su farsa democrática. Para decir en foros internacionales que acá el proceso está abierto a una multiplicidad de partidos, sin aclarar, eso sí, que la mayoría son franquicias de variaciones de ellos mismos. ¡La democracia electoral instrumentada de la manera más vil por aquellos que más la desprecian!
Su única ideología es conservar el poder para seguir operando a su sabor y antojo y con total impunidad en contra de los intereses de la población. Primero lo hicieron contra Thelma Cabrera y Jordán Rodas; luego lo intentaron con Edmond Mulet, candidato de los Cabales, y ahora con Carlos Pineda, cuyos antecedentes desconozco, pero que evidentemente no pertenece a una facción que perciban que van a poder controlar. Por supuesto, también han cercenado candidaturas de otras personas incómodas para ellos, gente honesta y decente, que sí pudiera llegar a ser un ejemplo positivo de servicio público a favor de las necesidades de la población. Pero, claro, eso no les interesa; nada peor que arriesgarse a que los guatemaltecos salgan de su tan conveniente cárcel mental.
Así funcionan las dictaduras, las de antes y las de ahora: se sostienen porque sus lacayos y cómplices en puestos clave hacen el trabajo sucio a cambio de su puestecito, de sus prebendas. Tristemente, nada nuevo en la historia de Guatemala, pero sí llevado a su expresión más execrable desde los tiempos de la guerra.
' Pueblo de Guatemala, date cuenta, aún es tiempo.
Karin Slowing
El afán es que solo sean sus candidatos los que tengan oportunidad en la próxima farsa electoral. Con un Tribunal decente y que velara por la democracia verdaderamente no tendrían oportunidad. Pero no quieren arriesgarse a la posibilidad de que a la gente se le ocurra votar por partidos no afines al #Pacto y con ello ofrecer a Guatemala una alternativa, seguramente imperfecta, pero incuestionablemente mejor que la carretera al abismo de la degradación institucional y social en que nos llevan a todo vapor.
¿Podrá reaccionar la población y darse cuenta finalmente de cómo la usan cada cuatro años para elegir a sus propios verdugos? Piense cómo le piden el voto para gente que, al llegar al puesto, rápido toma medidas en contra de usted y su familia; que le niega a la mayoría el derecho al alimento, al trabajo, al salario mínimo y a la salud. Gente que manda a expulsarlo de sus tierras, que destruye los bosques, acapara el agua y sacrifica los medios de vida de las mayorías con tal de enriquecerse.
Tenemos un mes todavía para pensar qué hacer. Al votar, uno puede terminar, mal que bien, legitimando la farsa electoral que se ha montado, especialmente si usted decide votar por el verdugo de turno. Claro está, también está la posibilidad de que el Tribunal se haga cargo y se desnude totalmente la farsa electoral. Pero si votamos masivamente por rescatar a nuestro país, a pesar de sus tremendas pero evidentes triquiñuelas, podría al menos asomarse una luz al final del túnel, especialmente con la votación para el Congreso, que se ha convertido en la auténtica puerta del averno donde han arrojado a Guatemala para que arda.