Guatemala

Contrabandistas señalan a la PNC de dirigir una estructura de sobornos en la frontera con México

Comerciantes de mercadería no facturada dicen que pagan hasta Q2 mil para pasar la mercadería hacia Guatemala.

Mercadería de contrabando recién adquirida en la frontera México- San Marcos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Mercadería de contrabando recién adquirida en la frontera México- San Marcos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Un equipo de la Inspectoría General de la Policía Nacional Civil (PNC) fue enviado a Tecún Umán, San Marcos, para recabar evidencias y constatar si los agentes cobran fuertes sumas de dinero a los contrabandistas a cambio de que pasen la mercadería hacia Guatemala, como aseguran los mismos comerciantes.

Los grupos que pasan sin declarar mercadería desde México no solo admiten pagar sobornos a la Policía a cambio del libre tránsito, sino que dicen que existe una estructura con tarifas establecidas de cobros y que es dirigida por la PNC.

El viernes último los balseros, camaroneros y conductores de triciclos que trasladan productos de contrabando por el río Suchiate quemaron un autopatrulla de la PNC, porque supuestamente les cobran entre Q5 mil y Q10 mil para dejarlos seguir con dicha actividad.

“Es una odisea pasar la mercadería hacia Guatemala. Desde que descargamos en el río Suchiate empieza el primer pago, nos piden Q50, luego Q200 o Q300, pero también nos han quitado hasta Q2 mil. Más adelante, en la ruta nos toca pagar otra vez. A los camiones les cobran más porque llevan más productos, los pagos van de Q500 para arriba”, de acuerdo con Raúl, un comerciante de 40 años que compra mercadería en México y la distribuye en tiendas de Guatemala, sin declarar su ingreso.

Raúl, quien viaja a México hasta cuatro veces por semana, dice que las protestas de la semana pasada no fueron por los cobros ilegales, que según él se han hecho durante años, sino porque este año les aumentaron las tarifas pues “todo subió de precio”.

“Después de pasar el río Suchiate hacia Tecún Umán acomodamos la mercadería en un parqueo por al menos una hora. Mientras tanto la patrulla hace su ronda y cobra (…) no te dicen nada, ya sabemos que tenemos que acercarnos y darles Q50 por vehículo, pero ellos deciden si te van a cobrar más por el tamaño del carro y por lo que llevas. Nosotros llevamos un picop”, prosigue Raúl.

Luego de salir del parqueo en dirección al crucero conocido como “la Virgen”, deben pagar Q200 más a los agentes de otro vehículo policial, según el contrabandista.

Raúl sabe que siempre debe viajar con suficiente efectivo por si los detiene un vehículo de la División de Protección de Fronteras (Difapront), “pues son los que piden hasta Q2 mil sin argumento alguno”, de acuerdo con su relato.

“En el trayecto hacia Catarina, San Marcos, por lo general hay otras dos patrullas más y debemos detenernos para pagarle a los policías”, agrega.

Estructura

Quienes buscan pasar sin ningún problema deben coordinar con la PNC del área, manifiesta Mario, también contrabandista de productos variados, que en ocasiones espera horas a la orilla de la ruta hasta que el retén policial se mueva de lugar.

“Viajamos con un informante que va delante de nosotros en un vehículo particular. Es el encargado de ver dónde están los retenes. Él nos avisa para que esperemos o avancemos. Si no se puede seguir nos arriesgamos, y si nos detienen se baja a negociar con los policías cuánto quieren para que nos dejen pasar”, dice Mario.

Quienes por lo general evitan los retenes son los transportan leche en caja o detergentes hacia la capital, porque son los que más pagan. Según Mario, para evitar inconvenientes tienen números telefónicos para coordinar con los jefes policiales del área la cuota, y en los puestos de registro solo entregan el dinero pactado.

“Cuando el viaje no está coordinado bajan al piloto, le piden papeles, le revisan el carro, pero le dan oportunidad si quiere negociar y entonces los policías llaman al jefe, le describen el tipo de vehículo y qué clase de mercadería llevan para poner una cuota”, añade.

Cuando los efectivos policiales del área son asignados a otro departamento no se pierde la coordinación, porque son informados de quién se quedará a cargo de los cobros, siempre según la versión de los contrabandistas.

Investigación

David Boteo, subdirector general de Operaciones de la PNC, reconoce que las fronteras guatemaltecas con México son un “foco de corrupción”. No obstante, asegura que no existe ninguna estructura dentro de la PNC que tenga tanta coordinación como dicen los contrabandistas.

“Se envió un equipo a Tecún Umán. Se van a pedir testimonios y se revisarán cámaras de seguridad para determinar si los agentes incurren en delitos. Es un problema que se da en otras áreas fronterizas. En otras ocasiones hemos abierto expedientes disciplinarios y destituido a elementos que luego son puestos a disposición de los tribunales. La depuración es constante”, refiere.

El jefe policial añade que en estos hechos se han involucrado agentes y mandos policiales, y es por esa razón que son rotados y designados a otros departamentos.

“Es importante que también denuncien, para dar continuidad al tema. Aunque el agente no sea detenido en delito flagrante, se inicia una pesquisa. Lo que sucede es que la misma gente está de acuerdo en pagar para pasar su mercadería, y si el policía acepta no se soluciona el problema”, resalta.

“Estamos de manos atadas cuando no hay denuncia que acompañe el proceso”, hace ver.

Acerca de los disturbios en Tecún Umán, el director de la PNC, Edwin Ardiano, solo respondió que hay una investigación en curso.

El 12 de noviembre del 2019 contrabandistas causaron destrozos en las instalaciones de la aduana de Tecún Umán y retuvieron a personal de la Superintendencia de Administración Tributaria, a quienes rociaron con gasolina y amenazaron con lanzarlos al río Suchiate, luego de que las fuerzas de seguridad y personal del ente fiscalizador efectuaron un operativo y decomisaron mercadería de contrabando.

ESCRITO POR:

José Manuel Patzán

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad, con 18 años de experiencia en periodismo escrito, radial y televisivo. Reconocido con el premio Periodista del Año de Prensa Libre en 2016.