El presunto nuevo líder del Cártel de Sinaloa ingresó a esta lista luego ser acusado de ser el principal traficante de fentanilo a Estados Unidos, actividad ilícita que estaría realizando con la ayuda de sus hermanos.
Debido a su vida criminal, y ser la principal cara de la facción de “Los Chapitos”, recientemente salió a la luz el perfil psicológico que se le hizo a Iván Archivaldo Guzmán hace varios años atrás.
En mayo de 2005, cuando el hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán fue detenido por primera ocasión, fue ingresado al Reclusorio Sur del entonces Distrito Federal al ser acusado de lavar dinero para el Cártel de Sinaloa.
Durante su tiempo en prisión, Iván Archivaldo fue sometido a varios exámenes psicológicos para conocer a detalle su vida privada y los motivos detrás de su involucramiento en el mundo del tráfico de droga.
Con estos exámenes, el narcotraficante, quien en ese momento tenía tan solo 21 años, reconoció que Joaquín Guzmán Loera era su padre; sin embargo, dijo desconocer dónde vivía o a qué se dedicaba.
1️⃣ Iván Archivaldo es conocido por liderar el aparato de seguridad de #LosChapitos. Bajo su mando este grupo se ha encargado de sumir en un estado de constante violencia a entidades como Coahuila, Sonora y Tamaulipas. pic.twitter.com/UwE4T7utZl
— Elementa DDHH (@ELEMENTADDHH) May 17, 2023
Además, aseguró que no había convivido mucho con él y que su madre, María Alejandrina, era “la principal figura de autoridad y proveedora económica” de sus hermanos.
En cuanto a su personalidad, las autoridades revelaron que Iván Archivaldo Guzmán se mostraba como un joven “ansioso, reservado y evasivo” que, a pesar de tener un pensamiento lúcido, se mostraba como alguien “con baja motivación al logro”.
Añadido a esto, el hijo mayor de “El Chapo” también mostraba conflictos con la autoridad y era considerado como un joven “inmaduro en su desarrollo e inseguro, con necesidad de apoyo y afecto”.
El veredicto final sobre la personalidad de Iván Archivaldo Guzmán, basado en los exámenes psicológicos realizados por las autoridades, fue que el narcotraficante era considerado como un “riesgo institucional”.