Estados Unidos presiona a lo interno para controlar el tráfico ilegal de fentanilo, y sus alcances han llegado a México en donde culpa a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) de estar detrás de la importación de las sustancias desde China.
En el caso de Guatemala, también se ha puesto en evidencia que ciudadanos nacionales y extranjeros, han encontrado vulnerabilidades en el sistema de control de los puertos del país.
Fuentes de la Subdirección General de Análisis e Información Antinarcótica (SGAIA) sostienen que el fentanilo no se produce y consume en el país, por la evidencia que tienen, pero eso sí han detectado que lo importan desde China para luego trasladarlo a México y los Estados Unidos.
Los controles en los puertos mexicanos los han reforzado y es por eso que las organizaciones criminales han buscado en Guatemala una opción para seguir teniendo acceso al fentanilo proveniente desde Asia.
Alerta y freno
El lunes 20 de marzo la DEA, en un comunicado, alertó que en las últimas semanas ha incautado mezclas de xilazina, conocida como Tranq o droga zombi, con fentanilo en casi todo Estados Unidos.
La agencia, agrega la publicación, ha incautado mezclas de xilazina y fentanilo en 48 de 50 estados de la nación norteamericana.
La directora de la DEA, Anne Milgram, expresó en el comunicado que “la xilazina, que es un sedante para uso veterinario, está haciendo que la amenaza de drogas más mortal que nuestro país ha enfrentado, el fentanilo, sea aún más mortífera”.
Más de 107 mil 735 ciudadanos estadounidenses murieron entre agosto de 2021 y agosto de 2022 por intoxicación por drogas.
Según las cifras que recoge la agencia AFP el 66% de ellos por opioides sintéticos como el fentanilo, y que es hasta 50 veces más potente que la heroína.
El comunicado revela que en 2022 el 23% del polvo de fentanilo y el 7% de las pastillas de fentanilo incautadas por la DEA contenían xilazina, conocida en las calles como “droga zombi” porque los consumidores parecen zombis.
Hace dos semanas una delegación de funcionarios guatemaltecos, que se relacionan con el combate al narcotráfico, estuvo en México para conocer las operaciones del laboratorio de la Agencia Nacional de Aduanas Mexicana.
La idea, según el ministro de Gobernación, Napoleón Barrientos, es darles seguimiento a planes bilaterales pactados con México a partir de la visita del subsecretario de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de México, Luis Rodríguez Bucio, en febrero pasado.
“Nuestro objetivo es mejorar los controles en los puertos para evitar que sigan ingresando precursores químicos en forma ilegal en el país”, aseguró.
Capturas y fentanilo
Paralelamente a ello, las autoridades han continuado con las capturas con fines de extradición de presuntos narcotraficantes que pide Estados Unidos. Los últimos tres estrechamente vinculados con el trasiego ilegal del fentanilo.
Una de las capturadas es la guatemalteca, Ana Gabriela Rubio Zea, nacida en la Ciudad de Guatemala el 7 de julio de 1990. A sus 33 años deberá responde ante a justicia estadounidense sobre las operaciones que mantenía desde 2014 para enviarle en forma ilegal fentanilo a miembros del Cártel de Sinaloa.
El gobierno estadounidense, por medio de la Administración de Control de Drogas (DEA, en inglés), la acusa de traficar fentanilo por medio de una empresa de importación y exportación.
La investigación revela que Rubio Zea compraba los químicos precursores de fentanilo por medio de una empresa de importación y exportación en Guatemala con productores chinos. En esa empresa, Dosi-Veloz, controlaba para encubrir, ocultar y promover el tráfico de drogas.
La investigación oficial establece que Rubio Zea fue descubierta por la operación que ejecutó un agente encubierto de la DEA en el país.
Este elemento de la agencia antidrogas estuvo en reuniones donde se explicaba cómo Rubio Zea utilizaba la empresa de importación y exportación para comprar fentanilo.
De hecho, las pesquisas revelan que el agente tuvo acceso a “capturas de pantalla de los registros de transacciones de la empresa que demuestran esto en sus comunicaciones electrónicas con el agente encubierto”.
De acuerdo con la DEA, desde el 2014, cuando Rubio Zea tenía 24 años, trabajó como una proveedora clave de químicos precursores de fentanilo de China para narcotraficantes en México, que incluían a miembros del Cártel de Sinaloa.
La acusación de Estados Unidos es porque ella tenía “claro que esos químicos se utilizarían para manufacturar drogas con fentanilo”.
Fue en septiembre de 2021 que autoridades mexicanas incautaron unos 25 kilogramos de fentanilo que Rubio Zea había comprado a China con la intención de enviarlos a México para la manufactura, importación y distribución.
La sospecha es que mucho de estos precursores llegaron a manos de “los Chapitos”, quienes, con Ovidio Guzmán, uno de los hijos del “Chapo”, que fue fue capturado a principios de 2023, han controlado el tráfico de esta droga hacia Estados Unidos.
Esa operación de septiembre se logró porque el agente encubierto de la DEA “se reunió en muchas ocasiones con Rubio Zea e identificó la forma de operar”.
Rubio Zea le reconoció abiertamente sobre “su relación con el Cártel de Sinaloa, incluyendo a un miembro de alto rango de esa organización, y mencionó sus planes de visitar China para recorrer las empresas donde compraba precursores químicos de fentanilo”.
La evidencia que llevó a la captura con fines de extradición de Rubio Zea fue porque seguía abasteciendo de fentanilo al Cártel de Sinaloa. Rubio Zea, también conocida como Gaby, es requerida por Estados Unidos por tráfico de drogas y por lavado de dinero.
Deberá comparecer, por cargos de traficar fentanilo y lavar dinero, en la Corte Distrital de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York.
Otras dos capturas
En los días en que fue capturada Rubio Zea, que por ahora aguarda su extradición en la cárcel Mariscal Zavala, también arrestaron a dos mexicanos que también trafican fentanilo hacia México y los cárteles de aquella nación.
El viernes 17 de marzo la SGAIA y el MP arrestaron al mexicano Sergio Duarte Frías, 27, afuera de un hotel de la zona 10 capitalina.
La acusación contra Duarte Frías es que vendió fentanilo, el cual fue importado por asociados hacia EE. UU desde México y Guatemala. También discutió la posibilidad del uso de armas como bienes de valor que podrían ser ingresados como contrabando a México.
Además, lo acusaron de lavar dinero producto del narcotráfico por medio de conversiones de efectivo a criptomonedas y viceversa para regresar las ganancias a sus socios mexicanos y guatemaltecos.
Otro mexicano capturado fue Humberto Beltrán Cuen. Ocurrió en la zona 10 capitalina y la acusación de las autoridades estadounidenses es que integra una estructura criminal que no solo trafica cocaína sino también fentanilo.
“Don Chino”, de 70 años, según la investigación, labora con grupos de narcotraficantes de Sinaloa, México desde agosto del 2022 y ha sido responsable de importar grandes cantidades de fentanilo desde Guatemala y México hacia los Estados Unidos.
En 2022
El 18 de marzo de este año la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, en inglés), del Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó a Los Huistas y a sus líderes por tráfico de drogas que amenaza a las personas y la seguridad de aquella nación y Guatemala.
Los Huistas, según Estados Unidos, contrabandea cocaína, metanfetamina, y heroína desde su base al norte de Guatemala hacia los Estados Unidos utilizando a las organizaciones mexicanas Cartel de Sinaloa y CJNG.
Los Huistas también producen heroína y fabrica metanfetaminas para exportar a Estados Unidos.
La cocaína, metanfetamina, y heroína consumidas en Estados Unidos están frecuentemente adulteradas con fentanilo, el cual puede significativamente incrementar la posibilidad de sobredosis y muerte de sus consumidores”, citaban en aquel comunicado.
Los Huistas controlan los campos de cultivo de amapola localizados en la región montañosa entre el departamento de Huehuetenango y San Marcos, y han importado precursores químicos de China para fabricar metanfetaminas.
Los Huistas, altamente centralizada y jerarquizada, también se dedica al lavado de dinero.
Las autoridades siguen en busca de sus líderes Eugenio Darío Molina López. El Departamento de Estado ofrece una recompensa por más de US$10 millones por información que conduzca a su arresto.
De igual forma a Aler Baldomero Samayoa Recinos, alias Chicharra, quien supervisa la operación de los embarques de cocaína desde Huehuetenango al interior del estado mexicano de Chiapas.
La empresa de cafetera Compradores y Exportadores Café Captzin, Sociedad Anónima, establecida en La Democracia, Huehuetenango, es desde donde lavan el dinero, según Estados Unidos.