CON OTRA MIRADA
Importancia de la Arquitectura de tierra
El término Arquitectura de tierra encierra una amplia gama de espacios construidos con el material más elemental que el hombre encontró en todas partes, bajo sus pies, al dejar el espacio natural de la cueva que lo cobijó.
' El adobe y el tapial mejorados, junto al ladrillo, sean los materiales protagonistas para una buena arquitectura.
José María Magaña Juárez
En práctica, cualquier tipo de tierra es útil para construir. Para eso debió acondicionarla mediante su humidificación, agregando otros materiales como cal o yeso y paja para mejorar la mezcla y evitar que se rajara al secarse al sol. Las formas de usarla fueron el adobe, elemento de construcción hecho con un molde, de proporción tal que permitiera su fácil manejo, colocación y pegado de uno sobre otro; y el tapial: tierra apisonada dentro de un encofrado mayor que se corre, que aceleró el proceso de construcción de los muros del espacio necesario para vivir. Así, el hombre creó la Arquitectura.
La tierra es material barato, inocuo y reciclable. Con los sistemas constructivos descritos se producen muros gruesos, aislantes del calor y el sonido que hacen agradable el espacio construido. Su uso, en el desarrollo de las civilizaciones, produjo el ladrillo de barro cocido, más resistente y apto para usarlo con otros sistemas constructivos que provocaron un salto cualitativo en la arquitectura: la creación del arco y con este, la bóveda. No olvidar la piedra, que también fue de los primeros materiales empleados, aunque esencialmente para edificar observatorios astronómicos, templos y palacios: es decir, para el conocimiento, dioses y gobernantes.
Pero volviendo a la tierra, sus características y resistencia pueden ser mejoradas mediante el cemento y otros materiales agregados, así como por su compactación mecánica. Se la puede combinar con otros productos, sistemas constructivos y refuerzo estructural, como el ladrillo de barro cocido, mampostería y concreto armado; manteniendo así su característica de material de construcción barato y eficiente; consecuente con el medio ambiente y el paisaje.
Evidentemente su uso estará limitado a la arquitectura doméstica, escolar y de servicios de menor escala, no más alta de cuatro pisos, pues Guatemala, lo sabemos, está en territorio sísmico, arenoso y vulnerable a deslizamientos. Características y condiciones que exigen una correcta planificación derivada de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) que hasta hoy, y a pesar de que el Código Municipal obliga a todas las municipalidades del país a formular y aplicar, en su diario quehacer, no son instrumentos técnico-legales en cumplimiento de la ley y garantía del inteligente y adecuado uso del suelo y sus recursos.
Lamentablemente, la mayoría de alcaldes se niega a reconocer su importancia. Perciben el POT como un impedimento para actuar discrecionalmente en su afán por satisfacer su propio interés y el de sus financistas de campaña electoral; intereses que, claro está, son ajenos y distantes a las necesidades y bienestar de las comunidades que representan.
Por su parte, todo plan de ordenamiento territorial debe tener un capítulo dedicado a la vivienda popular. Esta, como otros tantos factores a ser atendidos, está ligada a las condiciones físicas y climáticas propias de cada región, por lo que es indispensable pensar en soluciones habitacionales adecuadas para ese amplio sector de la población, en armonía con la naturaleza y el paisaje.
Soluciones las hay en abundancia. Entre otras, unidades de ocho casas en cuatro pisos, a cambio de ofrecer adecuada infraestructura, áreas verdes, de juego y deportivas; entretenimiento y ocio. Soluciones en las que el adobe y el tapial mejorados, junto al ladrillo, sean los materiales protagonistas para una buena arquitectura que resuelva ese ingente problema.