Un gallo rojo, una gallina y sus pollitos picotean en un jardín lleno de rosas rojas y azucenas amarillas este tazón cuyo esmalte y barniz están intactos.
La copa es “el Grial del arte chino“, exclamó Nicolas Chow, vicepresidente de Sothebys Asia, precisando que fue adquirido por el multimillonario de Shanghai Liu Yiqian.
Este extaxista que se dedicó a las finanzas es uno de esos riquísimos chinos que recorren las salas de subastas del mundo entero, hacen subir los precios, y ahora construyen museos para sus colecciones.
Liu Yiqian, de 50 años, hizo fortuna especulando en la joven bolsa de Shanghai en los años 90. Actualmente preside un gigantesco conglomerado industrial y su fortuna ha sido estimada en US$180 millones de euros.
Ha fundado dos museos y su nombre está asociado desde septiembre a la compra, por seis millones de dólares, de un rollo caligrafiado que es objeto de una querella de expertos sobre su autenticidad.
Esta obra -nueve ideogramas con tinta negra que significan “Su Shi presenta su respetuoso adiós a Gong Fu, gentilhombre consejero en la corte”-, es aparentemente una copia tardía según los expertos, que señalan algunos trazos de pincel “torpes”.
Liu continúa reivindicando la autenticidad del rollo, que Sothebys le vendió en Nueva York.
El anterior récord para la porcelana china fue establecido en 2010 por un jarrón Qianlong vendido por US$ 252,66 millones en Hong Kong.