El domingo 25 de mayo, Francisco hizo un llamamiento inesperado desde Belén para que los dos líderes aceptaran orar en el Vaticano por la paz en Medio Oriente, tras considerar “inaceptable” la situación después de la ruptura, en abril, de las negociaciones entre el Estado de Israel y los palestinos.
El líder palestino aceptó inmediatamente la invitación y anunció que viajaría al Vaticano.
Por su parte Peres aceptó el lunes la “generosa” invitación papal, un gesto audaz del pontífice para contribuir al diálogo entre las partes tras seis décadas de conflicto. “Me gustan los gestos espontáneos“, confesó a la prensa.
En el avión que lo llevaba de vuelta a Roma, el papa dijo que de ninguna forma se trataba de una “mediación“.