De próstata, colorrectal, hígado, tiroides, estómago y cérvix son algunos de los cánceres que más afectan a la región latinoamericana.
Guatemala no escapa de esa realidad. “Anualmente detectamos cinco mil casos nuevos y se dan más de 20 mil consultas. Los cánceres que más muertes causan son de cérvix, en la mujer, y estómago, en el hombre. Irónicamente, la mayoría de estas afecciones son prevenibles”, comenta el patólogo del Instituto Nacional de Cancerología (Incán) en Guatemala Walter Guerra.
El oncólogo mexicano Jaime de la Garza concuerda con Guerra y afirma: “De acuerdo con las estadísticas, el 70 por ciento de los pacientes con cáncer que son diagnosticados a tiempo se logran curar”.
En México, por ejemplo, es la tercera causa de muerte. “Estamos diagnosticando cerca de 150 mil casos nuevos cada año”, aseguró el director general del Incán en México, Abelardo Meneses, durante el Oncology Day, organizado por Bayer recientemente, en ese país.
PREVENIBLES
Aunque en algunos casos la aparición de tumores cancerígenos se atribuye a factores genéticos, la falta de concientización e información sobre la importancia hacerse exámenes médicos con regularidad, el no someterse a un tratamiento oportuno y adecuado, la falta de recursos económicos —el 33 por ciento de los pacientes que son diagnosticados en el Incán de Guatemala no inician tratamiento por este motivo— y no llevar un estilo de vida saludable, alejado de vicios, además de la mala alimentación, o el sedentarismo, continúan siendo un factor clave en el aumento de casos.
“Siempre hablamos de tratar los cánceres y de avances en tratamientos, pero también hay otra forma de evitarlos. ¿Cómo? Atacando los factores de riesgo. Por ejemplo, sabemos que la obesidad está asociada con la neoplasia —masa anormal de tejido— y la forma de prevenirla es una dieta balanceada de frutas y verduras”, ejemplificó el oncólogo mexicano Ángel Herrera Gómez.
En ese sentido, la prevención es clave para disminuir la incidencia de cáncer, así como las tasas de mortalidad, específicamente si se lleva una alimentación sana, se practica ejercicio, no se fuma ni se consume alcohol.
Es esencial, señala Guerra, que la gente tome responsabilidad y conocimiento sobre esta enfermedad y se informe respecto de los factores de riesgo, para prevenir e identificar los signos y síntomas iniciales, ya que facilitará el diagnóstico y el tratamiento.
“El cáncer de cérvix, que es el que más causa muertes en Guatemala, es totalmente prevenible en sus primeros estados y, sobre todo, curable. Esto si toda la población femenina se practicara el papanicolaou o se vacunara contra el Virus del Papiloma Humano. Si nos lográramos quitar la carga del cáncer de cérvix, el Instituto tendría los recursos necesarios para tratar los otros cánceres”, asegura Guerra.
INNOVACIÓN
La comunidad científica ha desarrollado fármacos innovadores para combatir los cánceres difíciles de tratar como el colorrectal, de próstata, hígado, tiroides, riñón y tumores del estroma gastroinstestinal.
La novedad, hace algunos años, se centraba en quimioterapias conocidas como “tratamientos dirigidos”. Estos adoptan su nombre porque atacan directamente las células cancerígenas. Los tratamientos convencionales de oncología no distinguen entre las células cancerosas y las células sanas, y en consecuencia estas se ven dañadas, lo cual provoca efectos adversos.
En ese sentido, los avances han permitido que los tratamientos se hagan cada vez más “inteligentes” o “personales”. A estos también se les conoce como terapias moleculares, que incluyen entre sus novedades el uso de sustancias radiactivas.
“Hay un nuevo tratamiento basado en energía nuclear, específicamente un elemento radiactivo llamado Radio 223. Este, por el momento, se emplea en tratamiento para las metástasis en el hueso. Anteriormente se pensaba que este tipo de radiación podría dañar el cuerpo, y aunque es sumamente destructiva, no afecta las partes sanas”, explica el jefe de Medicina Nuclear del Incán de México, Enrique Estrada Lobato.
A pesar de que los costos de este tipo de tratamientos son elevados, a juicio de Guerra las futuras quimioterapias podrían hacerse a través de una dosis de pastillas y no con sueros, como se hace en la actualidad.
PUNTO DE VISTA MÉDICO
Tratamientos especializados
El oncólogo mexicano Jaime de la Garza, una pieza clave en el avance científico y en los logros del Incán de su país, conversó con Prensa Libre sobre el avance y tratamiento del cáncer en la región.
¿Cómo está la situación del cáncer a escala mundial?
Después de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer es el más frecuente y el que causa mayor número de muertes a nivel mundial. En el Incán de México estamos detectando más de 150 mil nuevos casos al año.
¿Cómo se pueden reducir los casos de cáncer en países como Guatemala, donde el de cérvix se posiciona como el más recurrente?
En muchos países como México también fue la primera causa de mortalidad. Hace más de 20 años se creó un programa nacional de control y prevención de cáncer de mama y cérvix, en el que se estableció como norma oficial, por decreto del presidente, que todas las mujeres se practicaran el papanicolaou.
Actualmente se hacen alrededor de ocho millones de citilogías, con lo que se han disminuido las muertes. En ese sentido, los gobiernos deben brindar servicios básicos de salud y educar a la sociedad a acudir a hacerse estas pruebas.
Cualquier ciudadano puede cuidarse con su estilo de vida. ¿Es esto cierto?
Sí, pero influye mucho la educación y la información. Por ejemplo, si en una familia la abuela, una tía, la madre, padecieron cáncer de mama, puede haber un riesgo hereditario que merece control médico. Si a esto le agregas que tiene obesidad, fuma y toma alcohol más de lo habitual, y que no hace nada de ejercicio, es posible que a los 40 años padezca de un tumor mamario. También es importante que todos conozcan los síntomas de los diferentes cuadros clínicos. Por ejemplo, si un hombre, por la noche, va cuatro o cinco veces a orinar, puede que haya un problema prostático.
El problema es que la mayoría acude al médico en estados avanzados de la enfermedad; por eso resulta fundamental conocer los síntomas, llevar una vida saludable y hacer los exámenes médicos de rutina.
¿Qué avances existen en tratamientos oncológicos?
Hemos avanzado mucho. En los 50 años que tengo de trabajar en oncología parecía de ciencia ficción pensar en tratamientos de blancos dirigidos. Esto que tenemos ahora se conoce como medicina personalizada o individualizada, o sea, hacer un traje a la medida del paciente. Hay avances de este tipo en medicinas para cáncer de pulmón, mama y otros.
Esto es posible gracias a estudios genéticos en los que se determina qué medicamentos son recomendados para cánceres específicos y cuáles no. Te evitas precios, costos y, sobre todo, toxicidad en el cuerpo del paciente. Esto se conoce como medicina personal; este es el presente.