Conmemorar el Día Internacional de las Mujeres es una ocasión para celebrar sus logros en todas las esferas de la vida. No obstante, debemos hacerlo con una mirada crítica para identificar los obstáculos que aún limitan su desarrollo, autonomía personal y ejercicio de sus derechos.

Este año, el tema “Innovación y tecnología para la igualdad de género” nos impulsa a reflexionar sobre la necesidad de utilizar las tecnologías de la información y comunicación (TIC) como una herramienta para disminuir las brechas socioeconómicas, educativas, culturales y políticas entre mujeres y hombres. Aunque el acceso al mundo digital representa una oportunidad para todos y todas, existe el riesgo de perpetuar modelos existentes de desigualdad, discriminación y violencia.

Por esta razón, es necesario hablar de brechas digitales de género, pues existe un desequilibrio en el acceso, uso y calidad de las TIC, situación que se agrava cuando revisamos datos disponibles de las brechas digitales de género que evidencian que la desigualdad a nivel mundial en el acceso a internet afecta más a las mujeres que a los hombres.

Así mismo, se observan desigualdades sociales en el ámbito digital. Por ejemplo, una mujer rural, que vive en pobreza y no sabe leer ni escribir, tiene muchas menos probabilidades de tener acceso a un celular y a internet que un profesional de la ciudad.

En la última década, la exclusión digital de las mujeres en países de bajo y mediano ingreso ha reducido su PIB en $1 billón, y esta cifra puede aumentar a $1.5 billones en 2025, si no se toman medidas pertinentes.

Reconocemos que la brecha de género en el acceso digital es un obstáculo para que las mujeres disfruten plenamente el potencial de la tecnología y de las innovaciones que permitirán la satisfacción de sus necesidades. Además, su infrarrepresentación en este sector obstaculiza su participación en la gobernanza ética y el diseño de la tecnología, limitando el avance de los países hacia el desarrollo e igualdad entre hombres y mujeres.

Desde los inicios de la informática a la era de la inteligencia artificial, las mujeres han realizado importantes contribuciones al mundo digital. Son destacables las contribuciones de Grace Murray Hopper, precursora del lenguaje Cobol; Ada Lovelace, la primera programadora de la historia; Ángela Ruiz Robles, pionera de los libros digitales, y Hedy Lamarr, inventora del Wifi.

En Guatemala, entre otras, María Zaghi, una de las primeras ingenieras en sistemas del país; Susana Arrechea, doctora en Nanociencia y Nanotecnología con publicaciones en revistas internacionales; e Ixlem Chen, joven maya, ingeniera y fundadora del Proyecto Sanik, que refuerza la calidad educativa de niñas en ciencia y matemática.

La inclusión digital también es vital para ampliar la participación de las mujeres en áreas como la comunicación, donde proyectos liderados por mujeres como la Red de Comunicadoras Jun Na’oj, Agencia Ocote y Voces de Mujeres están logrando gran impacto.

Es vital y urgente un trabajo articulado de todos los sectores para romper paradigmas y patrones tradicionales, eliminar estereotipos de género vinculados a la ciencia y tecnología, y propiciar espacios donde todas se sientan impulsadas a participar en estas carreras.

La inclusión digital es una clave importante para que todas y todos alcancemos una mejor calidad de vida y para el desarrollo de los países. Conmemoremos el Día Internacional de la Mujer planteándonos cómo ampliar oportunidades y conocimientos que permitan cerrar las brechas del acceso y uso de las TIC.

*Representante de país de ONU Mujeres