Dentro de los factores individuales que pueden afectar a los jóvenes están: una vida inestable en el hogar, una vida fugitiva, una baja autoestima, estar entre los 12 y 24 años, tener un historial de abuso sexual, físico o haber sido abandonado de niño o niña.
Mientras que dentro de los factores ambientales que pueden favorecer la trata de personas se encuentran: la presencia de industrias sexuales para adultos, la pobreza y ser ciudades violentas o fronterizas.
De acuerdo con Anthony, “cualquiera puede ser un riesgo para el tráfico de seres humanos, pero la pobreza es un riesgo enorme porque la idea de una vida mejor puede ser un deseo y a menudo los traficantes usan esas ideas para involucrar a las personas”.
La información es clave
Sandra Gularte, de la Unidad para la Prevención de la Trata de Personas de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), indicó que la información a los jóvenes y adolescentes es clave para evitar que caigan en manos de tratantes de personas.
Añadió que una de los mecanismos que más utilizan las redes delincuenciales es a través del enamoramiento con lo cual logran captar la atención de jovencitas.
“Las mujeres deben ser más observadoras de la persona con quién está, conocer su familia y el origen del hombre que la enamora, es extraño que una persona que no tenga familia y casa en la comunidad llegue con buenos carros y que sea muy amigable”, expuso Gularte.
La funcionaria indicó que después de enamorar a una joven, el tratante le ofrecerá un lugar para que los dos trabajen juntos con lo cual la enrolará dentro del círculo de trata.
Los expertos también recomiendan poner atención cuando una persona tiene dificultar para comunicarse libremente con amigos o familiares, o si no asiste a servicios religiosos y actividades sociales o nunca porta documentos de identificación.
Acciones estatales
Gularte explicó que más que la información lo que evitaría que los jóvenes sean víctimas de trata es que el Estado sea capaz de propiciar condiciones de desarrollo para que no busquen trabajo o salir de la pobreza a toda costa.
“El Estado debe darle esas condiciones a niñas, niños y adolescentes porque nadie con 16 años que estudie buscará trabajo”, indicó.
Otro factor que desincentivaría a los tratantes es la aplicación de la justicia, factor que al menos Guatemala está lejos de alcanzar.
En el 2013 hubo solo 12 sentencias condenatorias de 273 denuncias presentadas en el Ministerio Público y se calcula que hubo por lo menos 570 casos de posibles víctimas de trata.
“El mensaje es que Guatemala es un país con mucha permisividad y que podemos hacer trata como si fuera lo más fácil que se puede hacer”, reclamó Gularte.
La explotación sexual es el objetivo primario de las redes de trata de personas y según Naciones Unidas, por cada denuncia que conocen las autoridades, otras 30 personas son también son víctimas de la misma red.