META HUMANOS
Abortemos la corrupción
Quiero ser optimista y unirme a una celebración del 8 de marzo. Pero, ¿cómo se puede construir un mejor futuro si no empezamos a afrontar la realidad de lo que se nos está heredando hoy a la mayoría de las mujeres en Guatemala? A pesar de que somos el 51.3% de la población total, estamos sufriendo exclusión y desigualdad de parte de un sistema político corrupto. Sus acciones son evidencia de no querer escucharnos e incluirnos, haciendo que en el 2023, vivir como mujer joven en Guatemala sea un reto extremo que no entiende de origen étnico, escolaridad o estrato social.
El 8 de marzo no solo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, también es, por decreto 16-2018, el Día Nacional de las Víctimas de la Tragedia Ocurrida en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción. Un mandato para recordar y no repetir la violación de derechos de la niñez y adolescencia guatemalteca.
A seis años del fatal evento que arrebató la vida de 56 jovencitas guatemaltecas en el interior del “hogar seguro” que estaba a cargo de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de Guatemala, institución responsable del siniestro que mató a 41 adolescentes y dejó a 15 sobrevivientes, de las cuales nueve estaban en estado de gestación por violación, ¿cuánto hemos avanzado en protección social para las mujeres desde entonces?
' Se nos olvida dialogar sobre cómo abortar la violencia, el machismo y, sobre todo, la raíz de todos los males, la corrupción.
Bridget Poitan
Se cumplen seis años de no poder hablar de justicia para las 41 adolescentes calcinadas. ¿Cómo podemos celebrar ante tal impunidad? Si para muchas mujeres algo tan sencillo y esencial como salir de casa sigue siendo toda una odisea: horas antes de la salida empieza la preparación mental, pensamos cómo responder ante un ataque; dudamos de nuestro atuendo, no podemos vestirnos como queremos, nos vestimos para evitar “llamar la atención” de agresores sueltos. Hacemos mapas mentales para evitar los horarios y calles solitarias; siempre caminar cerca de la media calle o a la orilla de la acera, si es que existiera, y con el puño firme sujetamos las llaves entre los dedos para poder defendernos. Para algunos, todo esto sonará exagerado, pero para muchas es un ritual diario que puede evitar convertirlas en una de las 139 víctimas diarias de violencia o evitar formar parte de los 1,538 asesinatos que siguen impunes (según reportes de swissinfo.ch,2022).
Otro grave problema es el abuso sexual que cada día reporta 23 casos en niñas y adolescentes. Solo el año pasado se registró un promedio diario de 82 nacimientos en madres menores de edad, y qué hay de lo que no podemos hablar por no tener un marco legal, como los abortos clandestinos, tema que genera prejuicios, debate continuo y polarización, pero que son impostergables.
Entre tanto ruido, se nos olvida dialogar sobre cómo abortar la violencia, cómo abortar el machismo y, sobre todo, cómo abortar la raíz de todos los males, la corrupción de un sistema patriarcal que amenaza un futuro vivible para todas y todos en Guatemala.
Aunque las estadísticas anteriores son desalentadoras, también debemos reconocer que después de la pandemia se abrió una puerta con muchas posibilidades, la última revolución tecnológica nos está dando acceso a la información como nunca antes. Hoy tenemos en nuestras manos el poder de utilizar estas herramientas de comunicación como amplificadores para llegar a todas las regiones, para dialogar y encontrar soluciones a graves problemas que están marcando la vida y el futuro de las mujeres y nuestro país. Así que este 8 de marzo quiero animarte a participar y utilizar el poder que tienes para sanar, manifestar y soñar. Para crear y para actuar juntas por un futuro mejor.