Los chicos que no desayunan de manera adecuada o comen distraídos, viendo la televisión, o cenan tarde tienen que comer más entre horas.
Si el menor hace cinco comidas al día —desayuno, refacción, almuerzo, merienda y cena— y aún así pide algún alimento entre horas, no hay que negárselo.
Conviene ofrecerle un producto saludable que le sacie, pero que no le impida hacer las comidas principales de manera adecuada. Por eso se sugiere darle una pieza de fruta o alguna barrita de cereales sin cacao ni miel o galletas que no contengan alta cantidad de azúcar o grasa.
Hay que evitar que consuma las llamadas “chucherías”, pasteles industriales o jugos envasados, los cuales no aportan ingredientes nutritivos y los llenarán.
Muchas veces los niños se sienten saciados cuando los padres logran que desayunen bien, comparten las comidas en familia o con los cuidadores y comen sin distracciones.