Economía

La tasa de interés de referencia ha subido varias veces, pero los beneficios de esa medida aún no se perciben

Por séptima vez consecutiva, la Junta Monetaria (JM) elevó la tasa de interés líder, que hoy se ubica en 4.50%, pero la transmisión de esa decisión aún no se percibe en las tasas bancarias.

Tasa líder de interés Guatemala

En su segunda sesión del año, en la que se revisa la tasa de Interés Líder de Política Monetaria, la Junta Monetaria decidió aumentar su nivel a 4.5%. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

De mayo del 2022 para febrero del 2023, los miembros de la Junta Monetaria (JM) han decidido ajustar al alza la tasa de interés líder de política monetaria, en un esfuerzo por controlar la inflación que a enero pasado se situó en 9.69 por ciento, que es una de las más altas en los últimos 12 meses.

En ese periodo, el indicador pasó de 1.75% (mayo 2022) a 4.50% el pasado miércoles, cuando la elevó 0.25 puntos básicos.  De momento no hay certeza sobre lo que pueda ocurrir a futuro en cuanto a los efectos esperados, pues el objetivo es que los bancos inviertan su dinero en documentos de la banca central a la tasa de referencia indicada, de manera que tengan menos disponibilidad de efectivo para prestar.

Al haber menos crédito para la población, esta disminuye su consumo, lo que presiona a la baja los precios y de esa forma, baja la inflación. O sea que, si sube el costo del dinero, bajan el crédito y el consumo, pero las autoridades han indicado que, de momento, las tasas de interés activas (las que cobran los bancos) se mantienen estables e incluso, en algunos casos han bajado.

Variación de tasas

Álvaro González Ricci, presidente del Banco de Guatemala (Banguat), explicó en conferencia de prensa, que el efecto de cada incremento a la tasa líder de política monetaria tiene un rezago de seis a nueve meses, “y ya estamos viendo nosotros los impactos desde que se comenzó a subir la tasa en mayo del año pasado, cuando estaba en 1.75% y ahora ha subido a 4.50%, que es un incremento de 2.75%”.

Como referencia, el reporte de información dinámica de la Superintendencia de Bancos (SIB), indica que, al 31 de enero del 2022, la tasa de interés promedio para créditos de consumo era de 23.99% y el 31 de enero pasado era de 25.14%; para el microcrédito era 18.59% y ahora, 16.61%; el empresarial menor bajó de 9.52% a 9.21%; el hipotecario para vivienda pasó de 8.53% a 8.54%; y el empresarial mayor subió de 5.92% a 6.28%.

Sin impacto dramático

El superintendente de Bancos, Saulo de León, en visita realizada a Prensa Libre, declaró que una de las interrogantes ahora es sobre el comportamiento de las tasas de interés, mientras las autoridades monetarias buscan manejar las expectativas de inflación.

Explicó que el sistema bancario “está sumamente liquido”, y ante esa liquidez, y con las tasas de interés actuales (activas), a las entidades bancarias les resulta más rentable prestar dinero al público, que hacer inversiones. Es decir que, si bien los bancos tratan de invertir, derivado del ajuste a la tasa líder, esta no genera una tracción tan fuerte. “Vemos que la tasa de interés, como proyección del crédito, no tendrá un impacto inmediato ni dramático en el sistema financiero”, puntualizó.

El total de activos del sistema financiero supervisado al 31 de diciembre del 2022 era de Q524 mil 762 millones y la cartera de créditos del sistema financiero cerró en Q272 mil 122 millones, con una tasa de crecimiento de 14.4% respecto al 2021.

 

Sector fatigado

Una posición más crítica sobre la decisión de la JM fue emitida por la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC): Fernando Estrada Domínguez, director de la Comisión de Estadísticas de la entidad, explicó que el sector está muy ligado a la actividad financiera y sobre todo, con el crédito: sea para capital de trabajo, inversión, la compra de vivienda, el acceso a bodegas, inversión en maquinaria y todo lo conexo.

“El hecho de que se esté subiendo la tasa líder de política monetaria se entendería, si el ajuste fuera poco, pero ahora está muy constante con incrementos considerables, lo que genera presión para que los bancos locales incrementen las tasas de interés, que afecta en primer lugar a las personas que quieren tener acceso a una vivienda y no solo a los nuevos clientes, sino a los que ya pagan una casa, y se ha escuchado que ya hay ajustes de hasta un punto y medio de interés”.

A su juicio, es una medida innecesaria y ya no debería seguir subiendo sino al contrario, comenzar a bajarla, porque la tasa esta desconectada con el ajuste que está realizando la Reserva Federal de Estados Unidos. “Se está copiando una medida, que en EE. UU., sí está enfriando la economía, pero aquí van a provocar una crisis y es lo que nadie quiere”.

Añadió que la excusa de la inflación importada ya no es válida porque se está percibiendo una baja en los costos de fletes, acero, petróleo y otras materias primas, llegando a niveles prepandemia.

“La inflación fue alta en enero, al ser medida con el mismo mes del año pasado; pero al compararla con los siguientes meses, estaría bajando como efecto inmediato”.

Sobre el tema, el presidente de la banca central detalló que las tasas de los préstamos hipotecarios (vivienda) serán los últimos que se toquen, ya que tienen plazos de 20 a 25 años y se puede afectar las cuotas, así que los bancos no quieren causar morosidad.

¿Y si continúa la crisis?

Al preguntar si los factores internacionales que han causado la alta inflación persisten, seguirán subiendo la tasa de interés, el gerente económico del Banco de Guatemala (Banguat) Jhonny Gramajo, respondió que se deben distinguir dos elementos: a uno se le denomina “efecto de primera vuelta”, que tiene que ver con los aumentos que se dan y que se trasladan directamente a la inflación en Guatemala, como el caso del precio internacional del barril de petróleo, que se traslada a los precios internos de los combustibles.

Y derivado de esos incrementos, están los “efectos de segunda vuelta”, pues el hecho de que los combustibles se utilizan para el transporte o para prestar un servicio, causa alzas de precios colaterales, y en ese momento, la política monetaria debe actuar.

Por otro lado, hay inflación que se origina por la demanda, que se asocia a la experimentación del crecimiento económico en 2021 y 2022, cuando tuvo un comportamiento por arriba de su crecimiento potencial de 3.5%, lo cual genera presiones de demanda, que se ven reflejadas en la inflación subyacente, que se ubica cerca del límite superior de la meta en torno al 5%.

“En otros países donde los shocks han sido externos, se han generado efectos de segunda vuelta y al mismo tiempo ha crecido la economía, porque hay un margen de acción de la política monetaria. Entonces, para el primer semestre del año, se esperaría que la inflación disminuya a partir de marzo y el comportamiento de los precios no sería tan alto en 2023 como lo observado en 2022”, remarcó el funcionario.

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ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.