Gracias al riesgo tomado, el paciente, un hombre de 52 años, pudo ser trasplantado de inmediato y se recupera satisfactoriamente, dijo Mario Sorbera, director del hospital donde fue intervenido en la ciudad de Córdoba, 700 km al norte de la capital.
El piloto aterrizó a las 8 horas locales en el aeropuerto de Córdoba con visibilidad casi nula.
El avión había salido de Córdoba hacia Buenos Aires para recoger a un equipo especializado de cinco médicos. Luego se dirigió a Mendoza (1 mil km al oeste), donde buscó el órgano, y regresó a su lugar de origen para el trasplante.
“Durante el vuelo se nos informó que estaba cerrado el aeropuerto. Cuando llegamos, había muy poca visibilidad. Poco después de aterrizar, el aeropuerto paso a tener 50 metros de visibilidad”, relató el piloto a la prensa.