En total, se han identificado 32 grupos familiares en los diferentes partidos políticos. Los distritos en que se postulan y en el que ocupan las primeras posiciones están en Petén, Huehuetenango, Quiché, Alta Verapaz, Quetzaltenango, Totonicapán, Sololá, Escuintla, Suchitepéquez, Santa Rosa, Jutiapa, El Progreso, Chiquimula y Guatemala.
Ampliar el poder
Winter Coc Ba es el alcalde de San Pedro Carchá, Alta Verapaz, y en las elecciones del 2019 obtuvo 21 mil 166 votos con el partido Victoria. Ese apoyo obtenido en las urnas le permitió que la agrupación política lograra la elección de los diputados Julia Izabel Anshelm-Moller y Héctor Manuel Choc Caal.
El alcalde quiere repetir la misma historia, y ahora busca de nuevo la reelección con el mismo partido. Una de las condicionantes de seguir en la agrupación fue colocar como candidatos a diputados por ese distrito a Randy Araely Coc Figueroa, su hijo, y Miguel Ángel Coc Ba, su hermano, inscritos ya en la Delegación Departamental del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
En Chiquimula, Esduin Jerson Javier Javier dejará la municipalidad de Ipala, para llegar al Congreso con el partido Cambio. La corporación municipal no la quiere, y postuló a su hermano Lusvin Ellionnni como candidato a alcalde, y así mantener el control del municipio y obtener otro cargo de elección popular, ahora en el Congreso.
Como este caso se pueden encontrar otros en listados del Registro de Ciudadanos. En total, se han identificado 66 clanes familiares que tienen y buscan ocupar más cargos de elección popular.
Por ejemplo, el expresidente del Congreso y actual diputado del partido Vamos Allan Rodríguez Reyes, sancionado por el Departamento de Estados Unidos por corrupción, buscará la reelección como diputado por Sololá en la primera casilla. Su hermano Luis le sigue en el listado de candidatos por el mismo distrito.
La misma agrupación oficialista postuló a Shirley Rivera —actual presidenta del Legislativo— como diputada, y su hijo ocupará la tercera casilla por el municipio de Guatemala.
Javier Gramajo, alcalde de Villa Nueva, también busca la reelección, y Hugo Francisco Gramajo Escobar, su hermano, ocupa la segunda casilla por el distrito de Guatemala.
El partido de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) también copió ese sistema. En Escuintla, los hermanos Lam Ruano están postulados como candidatos a diputados.
Negocios y redes clientelares
“La política ya es una forma de negocio y una manera de enriquecimiento de una forma fácil”, indicó Celia Luna, investigadora sociopolítica. La experta agregó que en Guatemala la regla es que las personas llegan a diferentes puestos de participación sin ningún tipo de preparación, porque resulta que son ellos los financistas de los partidos.
Ricardo Sáenz, antropólogo y politólogo, recordó que en el 2011 un grupo de investigadores publicó el estudio Grupos de poder en Petén: territorio, política y negocios, en el que se analizó cómo redes de personas y familias utilizaban sus recursos para fortalecerse y ampliar sus bases. Ejemplifica este caso porque la estrategia de esos grupos es hacerse con cargos de elección popular, principalmente alcaldías y diputaciones, para hacer negocios.
“Con el desmantelamiento de la lucha contra la impunidad y la persecución contra jueces, magistrados y fiscales independiente, estos grupos se han reempoderado y potenciado la estrategia electoral del denominado pacto de corruptos”, refirió Sáenz. Agregó que esas estructuras han pulverizado el sistema de partidos políticos, han garantizado que sus redes de parentesco en candidaturas se posicionen de mejor forma y utilizan los fondos provenientes de la corrupción para financiar las campañas electorales.
Su opinión coincide con Luna, al describir que si se tienen los fondos y los recursos de instituciones, se utilizan para inaugurar una obra, por ejemplo una carretera, que se vuelve en determinado plazo una campaña.
Sin propuestas
Para Saénz, los ciudadanos deben entender la estrategia, en la que la mayoría de los partidos no representan proyectos políticos ni propuestas programáticas o ideológicas; por el contrario, son utilizados por redes de parentesco para ocupar posiciones en el Congreso de la República, municipalidades y el Ejecutivo.
“Estas personas no tienen preparación previa, no presentan planes de gobierno y no cuentan con un modelo de desarrollo que permita que la población y las instituciones se desarrollen”, refirió Luna.
Lo que se concluye es que la estrategia se ha generalizado en los departamentos y que la apuesta de esos grupos o redes familiares es que ocupen diputaciones y alcaldías, lo que les permitirá mover recursos desde el Congreso a las alcaldías, y con ello fortalecer su base económica, reiteró Sáenz.