¿Incentivar conflicto?

Magalí Rey Rosa

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Hasta ahora, ante el atropello reiterado de sus derechos, la gente tiene —apenas— la fuerza para organizar una marcha a la ciudad, con la intención de presionar al gobierno para que atienda sus demandas, lo que genera la crítica de miles de compatriotas que no logran ver más allá del derecho de su nariz. Ese sentimiento divisionista es azuzado por columnistas que llaman “acarreados y manipulados” a quienes se atreven a protestar. Los opinadores reiteran que hay personas que incentivan conflictos.

¿Por qué hay tantos pueblos indígenas y comunidades manifestando un rechazo rotundo a la instalación de minas e hidroeléctricas en sus territorios? ¿Será que crean o incentivan conflictos? Como comentó P. Ciccola en Canal Antigua, la gente no se opone a que se instale una fábrica, un hotel, un restaurante o una gasolinera en su vecindad; la gente no está loca ni en contra del desarrollo, pero sabe que esos proyectos pueden poner en peligro su acceso al agua (en el caso de las hidroeléctricas) más su salud y su ambiente donde se instalen. Y sabe que el gobierno no hará nada para defender el derecho de la población, sino todo lo contrario. El mejor ejemplo, hoy, es el del campamento de policía instalado actualmente en La Puya para defender los intereses de los mineros. Me parece que es el gobierno el que instala estos conflictos, y que los ciudadanos solo tratan de defenderse.

Da la impresión de que son los mismos sectores, en todas partes —porque esto de la minería y las hidroeléctricas no pasa solo en Guatemala, sino en cualquier país del mundo, en vías de desarrollo, donde hay recursos que los poderosos “necesitan” explotar—, los que tratan de impedir una catástrofe ecológica global; pues hay sectores que la aceleran. A quienes tratan de impedirla, que casi siempre son los pueblos indígenas en todo el mundo, se les llama retrasados. Los que la aceleran son —casi siempre— los pobladores más educados y privilegiados del mundo, aquellos a quienes consideramos avanzados, dice Noam Chomsky.

Hay esfuerzos de todo tipo, para mantener a la gente separada, dividida, como parecemos estar en Guatemala. Pero existe la posibilidad de unirnos y hacer cosas por nosotros mismos. Podemos crear un lugar común para la discusión de nuestras ideas. Solo ese paso sería un ataque importante al centro de poder desde donde se controla a la gente. Si nos diéramos cuenta de que lo importante no es ser solamente individuos con mayor capacidad de consumir, que hay otras preocupaciones en la vida y que podemos mantener este tipo de actitudes y asociaciones para movernos en nuevas direcciones, eso sería un paso fundamental.

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