El título es el quinto en la historia de los Spurs, que se convierten en la nueva dinastía de la NBA –la cuarta, junto a Boston, Los Ángeles Lakers y Chicago — después de haberlos ganado en 1999, 2003, 2005 y 2007.
Mientras que los Heat no pudieron hacer historia en remontar una desventaja de 1-3 en las Finales de la NBA y ahora son el equipo número 32 que perdió la oportunidad de conseguirlo.
El alero estrella de los Heat, LeBron James, aportó un doble-doble de 31 puntos y 10 rebotes –líder del equipo –, pero sólo brilló en el primer cuarto cuando anotó 17 tantos, luego desapareció como el resto del equipo que nunca pudieron superar la gran defensa y acierto encestador desde fuera del perímetro de los Spurs (12 triples en 26 intentos).
Los Heat, que nunca habían perdido tres partidos consecutivos en la fase final, tampoco pudieron conseguir el tercer título de liga seguido, algo que no se da desde la temporada de 1998 cuando lo lograron los Bulls de Chicago con Michael Jordan de líder y estrella.
Los Spurs tomaron revancha de la pérdida del título que sufrieron el año pasado ante los Heat, que consiguieron el segundo consecutivo al ganarle la serie 4-3 después de conseguir el escolta Ray Allen un triple milagroso en el sexto partido que perdían a falta de 13 segundos.