Es imposible evitar que el pequeño regurgite, pero sí se puede disminuir la frecuencia y la cantidad. Para ello se recomienda darle de comer antes de que esté muy hambriento.
También conviene alimentarlo con calma, para ello, hay que evitar interrupciones, ruidos bruscos o distracciones. Si toma el biberón, hay que ponerle a eructar cada tres o cinco minutos. Si se le amamanta y la postura es buena, no es necesario detenerse para que eructe porque al mamar no toma aire.
No hay que insistir cuando el bebé suelta el pecho o el biberón. Él sabe cuando ha comido lo suficiente. Si toma biberón, procurar que el mamón tenga un agujero adecuado a lo que succiona. La leche debe fluir fácilmente pero sin exceso. Se debe tomar al niño en brazos luego de la toma de leche para favorecer la expulsión de aire.