En registros se asegura que otro personaje reconocido intervino en las primeras obras de El Calvario. Se trata del pintor Antonio de Montúfar quien se dedicó a pintar una serie de lienzos para recrear la pasión de Jesús para este templo. Mientras pintaba le asaltaba el temor que al llegar el momento de terminar este trabajo quedaría ciego.
Efectivamente, esto sucedió al dar la última pincelada y vivió ciego los últimos días de su vida. Sus pinturas renacentistas engalanaron El Calvario durante 60 años, a partir de 1657, refiere un artículo publicado en Prensa Libre.
Durante los terremotos de 1717, dicho templo fue destruido y con él se perdió la serie de lienzos de Antonio de Montúfar. Casi 20 años después entra el personaje de Tomás de Merlo—considerado la personalidad más destacada de la pintura barroca de Guatemala—. Él fue convocado para que pintara de nuevo los cuadros de la Pasión, exactamente el 25 de abril de 1737, reunión en donde estuvieron el escribano Antonio González y el mecenas Joseph Sunzín de Herrera, Deán de la Catedral e integrante del Cabildo Eclesiástico.
El objetivo de pintar nuevos cuadros era que “los fieles no careciesen de tan viva representación”, según anota el contrato. Se detallaba la alta calidad esperada en el trabajo. “Que los colores fuesen finos y de cuerpo, todo por la cantidad de mil pesos”, especifica, aunque se contempla una retribución adicional al entregar los 11 cuadros.
Merlo solo pudo trabajar nueve de los enormes lienzos, pues murió el 14 de diciembre de 1739. Algunas versiones dicen que fue atropellado por un carruaje y otras que se cayó de un andamio. Un alumno terminó las restantes.
La primera de las obras que trabajó Merlo fue La oración en el huerto que tiene fecha de 1737 en la cual resalta la firma del autor.
El gran robo
En 2014 aconteció uno de los momentos más críticos para la historia del arte guatemalteco. El 5 de febrero de ese año seis pinturas de la serie de Tomás de Merlo del año 1730 a 1760 fueron robadas de la iglesia de El Calvario, Antigua Guatemala, por personas armadas que amenazaron al sacristán y a sus dos hijos.
La nota periodística describe que los encargados quedaron atados de pies y manos por los maleantes, que posteriormente cortaron las obras pictóricas de sus marcos y huyeron. Los marcos quedaron durante algún tiempo a la vista de los visitantes.
Las obras robadas con autoría de Merlo fueron El Rey de Burlas, La curación de Malco, Cristo ante Caifás, La Flagelación, La Piedad y La Oración en el Huerto.
Un año más tarde, en febrero de 2015, el Ministerio de Gobernación ofreció una recompensa por las pinturas. En ese año, el 24 de febrero fueron capturados por el Ministerio Público (MP) y la Policía Nacional Civil (PNC) Daniel Alejandro Sánchez Choc, en San José Pinula y un menor de edad, a quienes se les relacionó con el robo de las pinturas. También se capturó a Carlos Natanael Linfiesta, en la zona 6 de Mixco.
En ese entonces la investigación apuntaba a que las pinturas robadas salieron de la ciudad colonial por Belice hacia el continente asiático y fueron enviadas a Egipto, donde se estimaba que solo una pintura de ese tiempo podría tener un costo millonario.
En 2019, cinco años después de la tragedia del robo, los artistas antigüeños Mario García, Alfredo Gil y Fernando Ixcamey crearon tres interpretaciones relacionadas con la vida de Jesús y su pasión, pero con la esperanza que los cuadros originales fueran devueltos a sus espacios originales.
El 11 de enero de 2023 en cateos que buscaban dar seguimiento a una investigación por parte de la Fiscalía contra el Crimen Organizado y “Los Barrancos”, se informó que se encontraba el posible cuadro La Oración en el Huerto, de Merlo.
Las acciones eran en seguimiento a muertes violentas de personas y robos en viviendas ubicadas en diferentes zonas y municipios del departamento de Guatemala. Tres personas fueron capturadas en esa oportunidad.
El 18 de enero se confirmó que era la pintura robada años atrás. En los cateos además se encontraron varios cuadros de pinturas antiguas y 50 piezas arqueológicas.
Las restauraciones
Una carta informativa del Consejo Nacional para la Protección de Antigua Guatemala (Cnpag) en 1987 puso en agenda el tema de las pinturas admiradas por feligreses y turistas en la ciudad colonial, la cual fue escrita por el químico biólogo Miguel F. Torres.
“…El guatemalteco se caracteriza por el desconocimiento y, como consecuencia, falta de aprecio hacia nuestro riquísimo legado artístico…si las generaciones de las últimas décadas del siglo XX no nos preocupamos por evitar esta devastadora depredación cultural, probablemente los habitantes de la Guatemala del siglo XXI solo conocerán los despojos, diluidos dentro de un mar de computadoras y tecnología importada”, dice el documento con una reflexión actual.
En el mismo también se hace énfasis en cómo los congresos científicos que se celebren en el país colocaron en la mira la conservación del patrimonio cultural. Como ejemplo, en 1983, se llevó a cabo en Guatemala el XIX Congreso de la Federación Odontológica de Centroamérica y Panamá. El doctor Mario Valladares, del comité organizador, tuvo la idea de restaurar y patrocinar a través del congreso la pieza Cristo ante Herodes, de Tomás de Merlo, el artista nacido en la ciudad antigüeña en 1694.
El VI Congreso centroamericano y II Nacional de Microbiología siguió el ejemplo y patrocinó la restauración de la pintura San Francisco de Asís predicando en el Capítulo de las Esteras, pintada en México por Cristóbal de Villalpando en el siglo XVIII.
Del 17 al 22 de noviembre de 1987, se llevó a cabo el VIII Congreso Latinoamericano de Parasitología. Era la primera vez que se realizaba en Guatemala y se solicitó el apoyo de una compañía farmacéutica el aporte para adquirir productos químicos, lino y madera para restaurar la hoy recuperada La oración de Huerto, de Merlo. Cada restauración significa miles de quetzales.
“Hace pocos meses esta obra maestra colgaba en los muros de la iglesia de El Calvario…en la húmeda penumbra donde ha estado desde hace aproximadamente dos siglos, con faltantes de color y rupturas en la tela que denotaban el destructor paso del tiempo. Ahora, de nuevo el Cnpag está trabajando en la restauración y conservación. Mi colega, la licenciada María Eugenia Bethancourt, encarga del Taller de Restauración de Bienes Muebles y sus asistentes, con el criterio de un respeto máximo a la obra, han aplicado a la pintura la llamad técnica holandesa, la cual es reversible, por si en el futuro se desarrollen mejores técnicas de conservación y restauración”, decía en ese entonces la publicación del CNPAG firmada por Torres.
La obra entró al taller el 1 de junio de 1987, se iniciaron los trabajos el 5 del mismo mes y se finalizó el 10 de octubre de ese mismo año. La pintura fue exhibida para los participantes del congreso en el patio de Capuchinas, del 17 al 22 de noviembre de ese año.
Torres también comparte que luego, con fondos de cuatro proyectos de ADESCA otorgados a su persona, de 1998-2008; gestionó y dirigió la restauración del cuatro cuadros de el Calvario: La Piedad, La curación de Malco, Cristo ente Caifás y La Flagelación. La restauración estuvo a cargo de Salterio Estudio-Taller. El Rey de Burlas ya había sido intervenido previamente por el CNPAG.
El quinto proyecto de ADESCA que estuvo a su cargo restauró la imaginería: el magnífico Cristo de la Sacristía, el conjunto escultórico de la Piedad y el Cristo Yacente. La restitución fue efectuada por Salterio Estudio-Taller.
El futuro de la pintura rescatada
Torres explica que se tiene claro que dicha pintura pertenece a la comunidad Franciscana de San Francisco El Grande, en Antigua Guatemala. Se han encomendado todas las acciones legales para su devolución a fray Edwin Alvarado, rector del templo de San Francisco, de donde depende el Calvario.
“Las restauradoras licenciada Margarita Estrada y la arquitecta Brenda Penados de Salterio Estudio-Taller están listas para evaluar la pintura e iniciar cuanto antes su restauración con la técnica holandesa. Es muy importante que ellas efectúen la intervención pues tienen gran experiencia en restauraciones de las pintura de Merlo. La pintura tiene un gran faltante superior y es posible que haya desaparecido la firma del artista y la fecha de ejecución en la esquina inferior derecha”, dice Torres.
Una vez la pintura haya sido restaurada, se exhibirá al público en el Museo de San Francisco El Grande en La Antigua, con todas las medidas de seguridad.