Fue en febrero cuando, tras las presiones recibidas, la organización de la competición había anunciado una serie de medidas para proteger a los obreros que trabajan en la construcción de los estadios.
“Hay dificultades para calcular las horas suplementarias y nosotros trabajamos con la empresa para solucionar cualquier infracción”, declaró al diario británico un portavoz del comité organizador.
Desde su elección en 2010 para la organización del Mundial 2022, Catar ha recibido muchas críticas por parte de los medios de comunicación, de los sindicatos y de organizaciones de defensa de los derechos del hombre por vulnerar los derechos de los trabajadores extranjeros.
“Catar es un estado esclavista”, afirmó la secretaria general de la Confederación Sindical Internacional, Sharan Burrow, durante el Congreso de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en junio en Ginebra.