Obligado pensar acerca del futuro

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HAITÍ ES UN PAÍS donde Edmond Mulet ha pasado un tiempo largo, y por ello se le puede señalar como una autoridad en el tema de ese país caribeño. Al preguntarle cómo es ese empobrecido país, su respuesta fue muy serena, pero muy tajante: “Como estará Guatemala dentro de pocos años”  si los guatemaltecos no cambiamos de actitudes y con ello le damos oportunidad al desarrollo. Las causas son muy parecidas a las de nuestro país, y menciona la corrupción, la falta de funcionamiento del sistema jurídico, la impunidad, el oportunismo, la falta de visión de los gobiernos y de los congresos, la ausencia de transparencia, la falta de visión pública o privada, el cinismo de los políticos, dentro y fuera del gobierno, y así un largo etcétera.

ESTAS CONSIDERACIONES de Edmond son especialmente válidas porque su lejanía de Guatemala le permite ver el bosque, no solo los árboles o las ramas. Haití es un estado fallido, pero el nuestro está a pocos pasos de convertirse en uno, a lo cual también contribuye una clase política aglutinada en partidos que no merecen ese nombre por tratarse de proyectos para satisfacer egos personales, sin base ideológica ni organización no-electorera. Todo ello concurre para facilitar el éxito de medidas unilaterales, simplistas, poco meditadas y puestas en práctica sin tomar en cuenta las diversas y complejas económicas, sociales y políticas de las naciones. Se debe recordar un hecho: el factor tiempo es fundamental; nada se logra de inmediato.

CONFORME PASAN LOS días afloran las complejidades del caso de los niños inmigrantes. De nada sirve capturarlos, enviarlos a su casa, si al llegar se encuentran con riesgos hasta de muerte a causa de las acciones protagonizadas por los mareros. Estos niños y jóvenes tienen una disyuntiva: ser víctimas de los abusos de estos criminales, contra los cuales no tienen posibilidad de salvarse, o arriesgar su vida con los coyotes, las numerosas autoridades de los países por donde pasan, así como esperar malos tratos en el tren y al llegar a la frontera. No tienen futuro ni van a perder nada, y por eso la migración de indocumentados no se detendrá, al ser demasiadas las personas abandonadas en el Triángulo Norte, sin  posibilidad de vida digna.

LA REUNIÓN DE LOS TRES presidentes centroamericanos con el mandatario estadounidense tuvo como único resultado real la admisión pública de la responsabilidad compartida por todos. La petición a los visitantes se refiere a  detener la salida de los indocumentados. Es casi imposible. Se deben buscar, además de ello, otras maneras de actuar, como por ejemplo invertir para crear fuentes de trabajo y evitar la necesidad de ese éxodo. Sin embargo, mientras  permanezcan las condiciones “prehaitianescas” señaladas por Edmond Mulet, tampoco se puede convencer a nadie de invertir en un país donde la ley se aplica muchas veces gracias a la fuerza de los cheques. Mientras, los miles de desesperanzados buscarán su esperanza a pesar de los riesgos.

marioantoniosandoval@gmail.com

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.