“Es lo peor que puede pasar”, afirmó el magistrado en una audiencia del litigio que enfrenta a Argentina con una serie de fondos acreedores que no se sumaron a programas de reestructuración de deuda lanzados tras el default, cese de pagos, del 2001 en Argentina.
Griesa rechazó una medida cautelar pedida por el Gobierno de Argentina para que mantenga frenada la aplicación de un fallo judicial a favor de los fondos de inversión querellantes, con el fin de hacer efectivos sus compromisos de vencimiento de deuda con los tenedores que sí aceptaron la reestructuración.
El magistrado rechazó el stay o medida cautelar por ir en contra de los derechos de los demandantes, e hizo un llamamiento a Argentina para reconocer sus obligaciones y evitar el cese de pagos.
El mediador designado por Griesa, Daniel Pollack, convocó a las partes a que comparezcan hoy, a las 10 horas (14 horas GMT), con el fin de reanudar las negociaciones que quedaron pendientes desde el 11 de julio recién pasado.
El Gobierno de Argentina, que estaba representado por sus abogados, había pedido la medida cautelar para no incumplir la cláusula RUFO, que da derecho a los que sí se sumaron a la reestructuración del 2005 y el 2010 a recibir el total de su deuda en el caso de que alguien sí la cobre sin reestructuración.
El plazo para esos abonos vence el próximo 30 de julio. Si no pudiera cumplir con esas obligaciones, Argentina entraría en cese de pagos técnico.
La audiencia de ayer estaba convocada para una serie de “aclaraciones” planteadas por bancos encargados de los pagos de la deuda de Argentina, a fin de que el juez definiera qué hacer con el dinero y que todavía no han entregado a bonistas.
Los fondos habían pedido al magistrado el embargo de esos desembolsos. El juez les dio la razón y los animó a buscar un acuerdo.