Así como Paul Catún , durante los últimos ocho años, cientos de jóvenes de Sacatepéquez, Quetzaltenango, Alta Verapaz, Chimaltenango y otros departamentos han visto en la OSJI una trinchera que les ha permitido imaginar, resistir y vincularse con otras personas desde la música.
La Orquesta Sinfónica Juvenil Intercutltural nació en 2014 como un proyecto cívico-cultural de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies). La formación de esta orquesta implica también el desarrollado de un campamento donde los jóvenes cuentan con la formación de músicos guatemaltecos y extranjeros. Al finalizar el campamento de formación, se han llevado a cabo recitales gratuitos.
Esta iniciativa busca reforzar el conocimiento musical en personas de entre los 15 y 25 años que viven lejos de la ciudad de Guatemala.
“Es algo muy emocional. Todos llegamos a influirnos. El proyecto demuestra que detrás de las montañas hay jóvenes con destreza y talento luchando por sus sueños”. Así describe Paul Catún su experiencia en la OSJI. El joven de 20 años es vecino de San Pedro Carchá (Alta Verapaz) y suele dedicarse a la interpretación de guitarra y viola tanto en su proyecto solista como en el Quinteto de cuerdas Tezulutlán.
En enero de 2023, los jóvenes que integran la orquesta sinfónica se preparan para volver a musicalizar frente a un público luego del último concierto que realizaron antes de la oleada de casos por covid-19 que inundó el país en 2020.
Este año, el proyecto ha reunido a un decenar de músicos quienes se preparan en dos campamentos –uno en la ciudad de Guatemala y otro en Quetzaltenango– previo a los conciertos que darán el 14 y 21 de enero a las 19:00 horas.
El primer recital se llevará a cabo en la sede de la compañía de ópera Querido Arte, en Majadas zona 11, mientras que el segundo ocurrirá en el Teatro Municipal de Quetzaltenango. Según menciona Juan Pablo, esta segunda fecha será posible gracias a la gestión de la Orquesta Sinfónica Municipal de Quetzaltenango.
Según apunta Juan Pablo Pira, consultor de Asies y coordinador de la OSJI, esta orquesta se distingue y varía en cuanto a su composición anual, ya que depende de la cantidad de músicos que participan.
Durante los campamentos se ha integrado un grupo de la capital que ha contado con 90 jóvenes, mientras que los grupos regionales fuera de la ciudad se han compuesto de 60 intérpretes. En 2023 destacará el hecho que ambas agrupaciones musicalizarán exclusivamente instrumentos de cuerdas.
De esa cuenta, violines, cellos, contrabajos y violas serán algunos de los instrumentos que resonarán el 14 y el 21 de enero a las 19:00 horas. Los jóvenes de la orquesta 2023 se preparan para interpretar una serie de composiciones originales que datan entre la época barroca y el siglo XX.
Los más de 300 jóvenes que han integrado las filas de la OSJI durante los últimos ocho años han logrado hacerse de un espacio en la orquesta luego de ganar audiciones moderadas por un comité de músicos e integrantes de las organizaciones que impulsan el proyecto.
“Guatemala va más allá de la capital y es importante para nosotros descentralizar la formación musical. Además de esto, los jóvenes también cuentan en los campamentos con formación cívica, empresarial y política. La idea es que puedan desarrollarse, aplicar a estudios en el exterior y generar vínculos con plataformas de música de cámara”, subraya Juan Pablo Pira.
Juan Pablo comenta que una de las cosechas que ha tenido la orquesta juvenil ha podido revelarse con la llegada de varios jóvenes a la Orquesta Sinfónica Nacional.
Desde 2014, la OSJI ha funcionado con el apoyo de entidades internacionales como la Embajada de Alemania en Guatemala, las fundaciones Samuel Vargas (Estados Unidos) y Konrad Adenauer (Alemania). Por cuenta nacional también se nombra el apoyo recibido por parte del Ministerio de Cultura y Deportes.
La Fundación de música Samuel Vargas destaca en este engranaje artístico ya que, gracias a su colaboración, los jóvenes músicos cuentan con la formación de maestros provenientes de Estados Unidos.
Luis Miguel de León, representante de la fundación en Guatemala y a la vez director artístico de la OSJI apunta que este tipo de alianzas suelen alimentar la agudeza musical de los jóvenes. “Es admirable que a pesar de no siempre tener las mejores circunstancias o no tener facilidades, los intérpretes siempre muestran una pasión y gana por seguir aprendiendo”, comparte.
Durante este año, la fundación que Luis Miguel representa logró vincular a los maestros Spencer Martin y Andrew D. Whitfield del Luther College de Iowa (Estados Unidos) quienes se han especializado en la musicalización y estudio de instrumentos con cuerdas.
“El contacto con músicos de otro país, con diferente contexto y formación musical es importante y enriquecedor. Primero, porque da otra perspectiva sobre cómo entender la música, y también porque el vínculo puede convertirse en una puerta a nuevos mundos y oportunidades para los estudiantes”, subraya Luis Miguel de León a propósito de la operatividad de la OSJI en 2023.