Para lograr esto, el equipo de Alejandro Sabella obviamente ofreció antes que nada un éxito en el deporte más seguido en su país tras 24 años de frustraciones, superando por primera vez desde Italia-1990 los cuartos de final, una instancia que se había convertido en maldita.
“Si este grupo le dejó algo a la gente, será por su superación ante la adversidad. Los argentinos estarán orgullosos de este equipo” , dijo el volante Javier Mascherano, uno de los símbolos y que en Brasil-2014 superó la barrera de 100 partidos internacionales con la Albiceleste.
Mascherano fue unos los jugadores que mordió dos veces el polvo en cuartos de final en Alemania-2006 y Sudáfrica-2010, justamente contra los germanos en ambas ocasiones, y para él y otros veteranos como Maxi Rodríguez o Martín Demichelis, el pase a semifinales tras vencer 1-0 a Bélgica fue todo un desahogo.
“Lo más importante que consiguió este grupo fue pasar esa barrera de cuartos. Lo más viejos veníamos con mucha bronca, con mucha rabia y cuando pasamos eso fue una alegría inmensa” , dijo en ese sentido Rodríguez, de 33 años y quien participó en su tercer Mundial.
Encolumnados atrás de Messi
Uno de los legados más importantes de Sabella será el de haber centrado su discurso en la humildad, la solidaridad y el sacrificio, dejando de lado las bravuconadas de algunos de sus predecesores y la tristemente célebre arrogancia argentina.
“Los argentinos nos creemos más de lo que somos” , dijo en más de una rueda de prensa previa a un partido, toda una declaración de principios con respecto a la supuesta “superioridad” albiceleste, un mito machacado por años de fracasos.
En su camino ascendente en Brasil-2014, el equipo argentino mostró unidad pero también un encolumnamiento encomiable detrás de Lionel Messi, su crack y hombre providencial, respetado por todos y al mismo tiempo humano y a la par del resto.
Rodeado como nunca desde que empezó a jugar en la selección de un grupo de amigos, La Pulga se sintió en casa y lo demostró con sus risas, su compenetración con el objetivo general y el agradecimiento público a sus compañeros.
La Pulga llevó de la mano al equipo de Sabella en los tres encuentros iniciales del Grupo F con un gol ante Bosnia (2-1) , otro agónico frente a Irán (1-0) y un doblete con Nigeria (3-2) .
Su magia volvió a aparecer en parte en octavos de final ante Suiza, cuando asistió a ngel Di María a dos minutos de la conclusión de la prórroga para que el Fideo liquidase el duelo antes de los penales.
Pero a partir de allí fue el equipo el que llevó a Messi, con un triunfo 1-0 ante Bélgica con gol de Gonzalo Higuaín y, sobre todo, con la peleada victoria por penales ante Holanda en semifinales el miércoles en Sao Paulo.
Para sus compañeros, sin envidias y sin discusiones, el astro del FC Barcelona fue, es y será por un tiempo más el “as de espadas” , como afirmó Maxi Rodríguez.
Ese respeto y afecto llevó al equipo “a hacer todo” para que Messi intentase coronarse como “el mejor de la historia” , tal como dijo Lucas Biglia, campeón sub-20 con La Pulga hace casi una década en Holanda-2005 y que se ganó un lugar entre los titulares a partir de cuartos de final.
Precisamente este punto, el sutil y difícil manejo de un grupo de 23 hombres en el que todos quieren lo mismo, jugar un Mundial, fue otro acierto de Sabella, que cambió muchas veces nombres sin que eso afectase al equipo o diese lugar a malas caras.
Para algunos jugadores de este plantel, Brasil-2014 significó seguramente la despedida, como para Maxi Rodríguez, y Argentina deberá empezar a renovarse de cara a Rusia-2018, una tarea que no será sencilla cuando se piensa en reemplazar jugadores como Mascherano.