Las inversiones, no obstante, son vistas con recelo por parte de las empresas de las líneas aéreas, quienes consideran que separar las operaciones de carga de las de pasajeros podría generar sobrecostos y ser contraproducente.
Pese a estas advertencias, el Fondo Social de Solidaridad (FSS) del Civ adjudicó esta semana dos eventos. El primero fue para la empresa Proyecciones y Construcciones a Futuro de Sur Oriente, Sociedad Anónima, por un monto de Q71 millones 738 mil 176.60.
Esta entidad se encargará de construir un carril de desaceleración de 1.04 kilómetros que permitiría a conductores desviarse desde la CA-9A hacia el ingreso de las instalaciones del nuevo aeropuerto y viceversa, para retomar nuevamente la carretera. Además, se construirán dos caminos de terracería, el primero de 400 metros que librará la ampliación de pista en la cabecera norte y el segundo que restituirá el paso de una calle existente que libra la calle de taxeo en la zona sur con una longitud de 700 metros.
También se conformarán plataformas que serán utilizadas como hangares y áreas de importaciones y exportaciones con parqueo y helipuerto y señalizaciones. Se realizarán trabajos de mejoramiento de suelo y se construirá una edificación que albergará a los generadores eléctricos del aeropuerto, así como los canales de conducción de cableado, entre otros trabajos.
Finalmente “se construirán los sistemas de abastecimiento de agua potable y sistema de conducción de aguas residuales de tipo doméstico y pluviales hacia los puntos de desfogue destinados. (…) contempla la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales, que permitirá eliminar los contaminantes presentes en el agua de desecho proveniente de todos los edificios del aeropuerto”, refieren las bases.
El segundo evento fue adjudicado a Lissette Anabella Chávez Ordóñez por Q4 millones 506 mil 606, quien se encargará de realizar la supervisión técnica, administrativa y ambiental de los trabajos de construcción que realizará Proyecciones del Futuro S.A. De acuerdo con las bases del evento, deberá “velar en todo momento por los intereses del Estado respecto al costo, calidad y tiempo de ejecución del proyecto”.
Dudas
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (Iata) ha manifestado sus preocupaciones con relación a las inversiones dado que en visitas al proyecto constató que el tiempo de traslado de ida y vuelta al aeropuerto podría superar las seis horas. Por ello, instaron al Gobierno de Guatemala el pasado 25 de octubre a socializar el estudio de factibilidad y el plan maestro del proyecto, pero no obtuvieron respuesta.
“Separar el proceso natural de transporte de carga obligando a las aerolíneas cargueras a operar en el aeropuerto del Puerto de San José tendría importantes repercusiones logísticas para las líneas aéreas que manejan carga en las bodegas de los aviones de pasajeros y las que manejan únicamente cargueros, ya que no permitirán generar economías de escala, encareciendo las operaciones, reduciendo la eficiencia y la competitividad del sector en el país”, manifestó Iata.
En la misma línea, la Asociación Guatemalteca de Líneas Aéreas (Agla), coincidió en que el proyecto no es viable, entre otras razones, por las deficiencias en la infraestructura vial. “No decimos que más adelante, a un mediano plazo, esto pueda ser funcional. Pero en este momento no lo es dada la mala calidad de las carreteras y eso no se repara de un día para otro”, comentó en entrevistas Motty Rodas, de Agla.
Mientras que el director de Agexport, Amado Carballido, considera que el país tiene un déficit en infraestructura logística generalizado y eso incluye puertos, fronteras y aeropuertos. De esa cuenta, habilitar una infraestructura nueva podría ser beneficioso, dice.
“Hay que pensar que una infraestructura nueva, habilitando una pista que teníamos casi en desuso, y aprovecharla para tema de logística cercana a un puerto y a zonas económicamente muy activas como Escuintla, Suchitepéquez y Escuintla es necesario, el país lo requiere”, comentó Carballido.
Asimismo, comentó que esto creará empleos en la zona, estimulará la inversión y permitirá atender un eventual crecimiento en exportaciones e importaciones vía aérea.
“Muchas veces hemos concentrado recursos únicamente en la Ciudad de Guatemala y creemos que país necesita descentralizarse. No se trata de desaparecer infraestructura de la ciudad, esa hay que dejarla. Necesitamos expandirla para atender demanda nueva y creciente”, comentó Carballido.
Por su parte, el director de aeronáutica civil, Francis Argueta, ha defendido el proyecto aduciendo que el aeródromo no será solo un aeropuerto de carga, sino uno alterno al Aeropuerto Internacional La Aurora, dado que se sobrecarga cuando hay exceso de demanda.