Actualmente el cuerpo del papa emérito reposa en uno de los féretros que se encuentra en la capilla ardiente, previo a la misa funeral que se llevará a cabo el 5 de enero, y que será oficializada por el Papa Francisco.
A raíz de la noticia del fallecimiento, se ha empezado a recapitular la actividad que tuvo Benedicto mientras fungió como Papa desde el 19 de abril de 2005 hasta su renuncia el 28 de febrero de 2013.
Uno de los capítulos que llamó la atención de los guatemaltecos fue la reunión que tuvo Benedicto XVI con el expresidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, quien actualmente está condenado a 16 años de prisión por corrupción .
Esto ocurrió el 16 de febrero de 2013, doce días de que Benedicto renunciara al cargo de Papa, y ocurrió en una audiencia en el Vaticano.
Otto Pérez Molina, de hecho, fue el último representante de América Latina que visitó al que en ese entonces era jefe de la iglesia católica en el Vaticano.
De acuerdo a la edición de Prensa Libre lanzada el 17 de febrero de 2013, la reunión entre Pérez Molina y Benedicto fue de 25 minutos y a puerta cerrada, en donde el exmandatario guatemalteco y el jefe católico hablaron de los problemas que pasaba Guatemala en ese entonces, como el narcotráfico y la migración.
“Sigo la situación de Guatemala y conozco los graves problemas de las drogas”, dijo el Papa Benedicto XVI.
“A lo largo de las conversaciones se ha constatado la necesidad de proseguir la colaboración para resolver los dramas sociales de la pobreza, del narcotráfico, de la criminalidad organizada y de la emigración”, prosiguió el Vaticano en un comunicado.
Luego de la audiencia, Pérez Molina le entregó a Benedicto tres regalos: una imagen en plata de la Virgen del Rosario, patrona de Guatemala, tallada por escultores nacionales, un rosario de jade y el libro Contemplaciones, Cultura y arte de la Semana Santa en Guatemala.
A su vez, Benedicto la hizo entrega al expresidente de un medalla en oro de su pontificado y un aguafuerte de una vista de la plaza de San Pedro del Vaticano y la columnata de 1666, que fue obra de Lievin Cruyl, de Gante, Bélgica.
Otto Pérez Molina comentó en aquella ocasión que tenía previsto invitar a Benedicto a visitar el país, pero debido a su próxima renuncia, le dijo que le transmitiera la invitación a su sucesor.